lunes, 16 de agosto de 2010

MI PADRE HA MUERTO


A pleno silencio es cuando escribo
los vesos más hermosos.

Hoy hubiese querido abrazar a mi padre
y no fue posible.
Mis hijos tironeaban de mí
para que no cayera
en el abismo de sus brazos.

Hicimos ejercicios de fuerza y los vencí.
Ellos fueron alegres por mi juventud
y porqué no decirlo
antes de los juegos
el mayor dudaba de mis fuerzas.

No fue fácil vencerlo
hubo un instante
donde lo que reinaba
era el equilibrio.
Después
su brazo fue cediendo
lentamente y comenzamos a reír
a festejar
con amplias risas cristalinas
haber comprendido
que la conversación que manteníamos
aún no había concluído.

Después de los juegos
yo también estaba contento
y mientras me bañaba
tuve fantasías
de viajar con mis hijos al mar.

Dejaba que el agua cayera sobre mí
hasta confundirme con ella.
Mi cálida espuma tocaba
levemente los pies de los pequeños
y grandes oleadas de inmensidad
jugaban con los grandes
alegremente pero con firmeza
el juego de la vida:

Vencer y con la misma pasión
ser vencido.

Ha nacido el padre de mis hijos
y en ese remolino
semejante a la propia locura
donde mañana no habrá nada de hoy
en esa alegría
mi padre ha muerto.


Miguel Oscar Menassa
De "La poesía y yo", 2000

1 comentario:

  1. Cultivados y grandes versos!!
    La dualidad del poema es manifiesta,
    la tristeza y la alegría van al unìsono,
    se manifiestan como gemelas.
    La muerte de un Padre o Madre siempre significa un desgarro.
    Perdí a la mía con 20 años y quede huérfana ya que el papa se había ido antes.
    Sanamente envidio a los que disfrutan de sus Padres y también sanamente me digo ya pasè el desgarro.
    Si la muerte del poema es una muerte metafísica es motivo de supra-alegria.
    Bendita paradoja!!
    Saludos Miguel

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