miércoles, 29 de marzo de 2017

SOY ME DOY CUENTA


 
Soy me doy cuenta
un nadador muerto de frío.
Lo que me pasa es el amor.
También es la nostalgia
por mi país, mi barrio
las glicinas
colgando de su cuello
como si su cuello
fuese el cuello de una reina
y nos pasábamos
de balcón en balcón
y locos nos besábamos
y en cada salto
nos parecíamos a los pájaros.
Después fuimos los témpanos eternos
después siempre viajamos en soledad.
Gigantescos
y helados
témpanos solitarios
viajamos contra todo.
Contar los golpes
nos decían
contar las caídas
más de mil no serán
y desde entonces
la poesía
pide libertad y no
una libertad medida
por banderas.
La poesía pide
una libertad soberbia
todo el tiempo
toda la maravilla
de lo desconocido
en esa libertad.
No la libertad de las estatuas.
Una libertad
que destruya todas las estatuas.
La poesía ambiciona en esa libertad
ser material presencia de lo humano.
Ella grita furiosa entre las piedras
o todos o ninguno. Garganta universal.
Mientras sobre la tierra
alguien no pueda el hombre
no habrá hombre.
Temblando
y entre el temblor está mi vida
y termino llorando enloquecido
porque no puedo más
y arranco de la miseria
una grandeza:
El deseo ferviente de ser
esa libertad
ese hombre.
Bestial
libre también de libertad
ella
me hace saber que no podré.
Mi desdicha
no es su beneplácito
pero tampoco su dolor.
Su libertad es infinita
Más que una danza
para ser bailada por todos
una danza
que tenga de todos
el movimiento más preciso.
Viajo
sin aparente retorno.
Soy la Poesía.

 Miguel Oscar Menassa
De "La poesía y yo" 

martes, 28 de marzo de 2017

Fui lo que se dice un buen fenicio, en todo


Fui lo que se dice un buen fenicio, en todo.
No era navegar por navegar, mi oficio,
mi oficio era tenderme entre los puertos.

Rosa perdida de perfumes rotos,
color de soledad, dejaba en cada puerto,
un infinito brote de locura.
No estoy perdido de amores sino de tedio:
ya nadie corre por los peldaños de mi mente como tú,
ya nadie abre su fuente con alegría y deseo para mí.
Yo ya no veo tus ojos en lo profundo de mis manos.
Navegar por navegar no es mi oficio,
arrancar trozos de la nada y unirlos en conjuro,
ese es mi oficio silencioso y tenaz, como de versos,
mi oficio no se puede aprender, no sabe, es ciego.

Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista"

www.miguelmenassa.com

lunes, 27 de marzo de 2017

Recital de poesía de Miguel Oscar Menassa


SÁBADO, 1 DE ABRIL DE 2017, A LAS 19H

Sede Grupo Cero
c/Princesa, 13 - 1º izda.
28008 Madrid

on_line:   https://www.facebook.com/migueloscar.menassachamli
Información: 91 758 19 40 - actividades@grupocero.info

LA VIDA DEL POETA - III


Hay días,
me vienen unas ganas universales,
ubérrimas,
de conversar un rato como antaño,
sin tiempo para el adiós.

Esas tardes donde uno podía sentir
y, eso, era la vida.
Y las corridas entre las palabras y las lágrimas
y alguna frase última llena de esperanzas,
porque era necesario seguir viviendo,
hasta la próxima.
Luego, otra vez la calle
y el pequeño sol abriéndose en los ojos
y una palabra y una palabra más,
porque nunca había tiempo para la última palabra.
EXTRAÑO,
LA PALABRA ES UN DON.
Entre las palabras,
la vida era dulce en mi ciudad.
AHORA SOY EL POETA DE LA NOCHE:
Una mano de oscuridad sobre el mundo
Una grieta en la risa de los miserables,
nudo solitario en la garganta de la moral,
pequeño tajo, siempre sangrante, en plena razón.
AHORA SOY EL POETA DE LA NOCHE:
uno que no se cansa de resucitar,
uno que de la incapacidad hizo un vértigo,
de un error, un imperio.
Lo que me pasa ahora es todo lo que soñé.
En verdad, para la luz,
he muerto hace años.

Miguel Oscar Menassa
De "La patria del poeta"