viernes, 16 de julio de 2010

LA VIDA DEL POETA

XVIII


Si todo está destruido cuando se comienza,
no caben dudas,
la única posibilidad es poética.

Hoy recuerdo a mi madre y tengo que decirlo,
Ella fue la que quiso que yo, fuera poeta.

Ella cuando pensaba, pensaba en los trigales.
Quería para mí un destino donde la música,
tuviera su importancia.

Fui mudo,
sordo como una piedra,
durante siglos.

Cuando quise cantar,
padre, nostálgico del mar,
deseaba que, su único varón,
fuese navegante.

A mi mudez,
se fue agregando, lentamente,
la quietud.

Moribundo,
al borde de la idiocia profunda,
fui, el rey de la mentira:

rosas apasionadas para Ella,
la amada.
Y para Él,
empedernido viajero,
los vuelos nocturnos.

Llegué hasta aquí,
lleno de enloquecidos cielos olvidados
y rosas muertas.

Miguel Oscar Menassa
De "la patria del poeta", 1991

2 comentarios:

  1. ser poeta esta impreso en las venas, sientes la llamada y las palabras surgen como suspiros que salen pidiendo a gritos ser escuchados.
    por otra alma que se identifica con la tuya.
    yo también quiero que mis hijos expresen sus emociones y sepan amarse y darse a los demás.

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  2. Mi madre quiso que fuera médico y yo poeta. Nunca entendió la diferencia entre vivir de y querer ser.
    Y a mi edad, aún me lo echa en cara.

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