miércoles, 19 de junio de 2013

POEMA II


Tratar a la mujer de uno como si fuera un animal salvaje
Caminar al lado de la bella Olga
la que codician y aman en secreto
la que tiene en la cara el sol de la llanura
y en su sexo
un corazón ardiente y luminoso
llama de amor.

Que sepa que sabemos que ella desea el universo
Carne sumisa al placer y a mi carne y donde todo sería insuficiente.

Violentemos su ceguera
abramos sus ojos a nuestro cuerpo
como cuando los días de las grandes pasiones en viejas posadas
donde mujeres extranjeras hacían de nuestro cuerpo
la fuente de la juventud.

Digamos frente a ella las palabras de la incertidumbre.
Te amo y amo al mundo.
Deseo los colores.
Amo las plantas verdes de savia en el verano
y en las tardes de otoño, extraño con dolor,
el brasero de amor con que mi madre
calentó nuestro cuerpo.

Te amo y estoy enamorado de mis versos y amo de vos
precisamente
tu sexo femenino
tu cara de mujer.

Miguel Oscar Menassa
De "Yo pecador", 1975

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