miércoles, 9 de mayo de 2012

JUGAR JUGAR HASTA MORIR

Jugar Jugar hasta morir
como decía el testamento del abuelo Naur
que no puede mentir
                             porque Naur ha muerto.
Ha muerto de tristeza en el desierto
y no de sed huyendo temeroso
como cuentan algunos extranjeros.
Naur, es cierto, tenía en su semblante
restos de algún pasado misterioso
-homosexual o sádico decían las mujeres-
Sin embargo Naur hablaba siete idiomas
y tenía
en los surcos de la cara marcada inteligencia.
Cuando hacía el amor
no era precisamente un hombre del desierto
se le notaba, se veía en el alboroto de sus cabellos
un aire ciudadano.

Miguel Oscar Menassa
De "Yo pecador"1975

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