domingo, 18 de marzo de 2012

EN MI ESTABA LA FURIA

Abriendo los candados de mi pecho
nos encontrábamos con ella haciendo pruebas
tratando de saber.
Él, solía preocuparse
de regar por las tardes, sereno, la magnolia.

Ella hablaba de menos y al parecer
los días de niebla en plena calle
abría sus ojos para iluminar
a quienes ya nada tenían que perder.
Manso como la muerte
él
tenía treinta y cuatro años y una vida violenta
hacía versos y decía: pertenezco al pasado.

En mi pecho, en medio de mi pecho
rompiendo definitivamente la puerta cancel
que me separa de ella, podemos verla practicar
peligrosas jugadas de ajedrez y tiro al blanco.
Él, sabe que tantos preparativos son para la guerra
y sin embargo
le propone a ella, en medio de mi pecho, un extraño festín.

Miguel Oscar Menassa
De "Yo pecador", 1975

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