domingo, 28 de junio de 2009

En respuesta a la crítica que Carlos Boyero le hace a Francis Ford Coppola



EL CARNAVAL DEL CINE
I
Cantando en el carnaval
hoy les quiero demostrar
que los críticos de cine
hacen el amor muy mal.
Eyaculan precozmente,
cuando del cine se trata,
porque no quieren gozar
sólo quieren criticar.
Se apresuran a opinar
y, desde su alma, brotan
infantiles fantasías
que tienen con su mamá.
Como no pagan entrada,
al cine van a dormir
y no miran la película
que les toca criticar.
Para hacer las críticas
se reúnen en el bar
y, como no vieron la peli,
se ponen a cotillear.
Ese director la tiene muy grande
y todas las mujeres le aman de más,
hagamos papilla con el director
que, aunque él sea un artista, el crítico soy yo.
Así que a volar del mundo del cine,
director eunuco, tirano y voraz
rodeado de putas y de actores débiles,
no vaya a ser cosa que pueda triunfar.
Y si por las dudas llegara a pasar,
quiero pedir disculpas al dire y demás,
trabajo para comer y no soy un creador
y tampoco un industrial, sólo crítico soy y no doy para más.

II
Me llaman el director
y he venido a preguntar
a los críticos del cine
por qué me tratan tan mal.
Mi madre me había dicho:
“ten cuidado, hijo querido,
con los críticos de cine
que no saben comer roscas
y fracasan al triunfar.”
Y cuando yo con asombro:
“pero madre, qué me dices”,
me dio un beso cariñoso
y me dijo: “ya verás...”
Estudié la medicina
con notas sobresalientes
y de joven hice versos
con el amor y la muerte.
Después conocí la guerra
y me alisté con los pobres
no tenían qué comer
pero hacían el amor
y pasaban de los críticos.
Del alma nadie se ocupa,
me dijo un viejo sabiondo,
si le gusta trabajar
hágase del alma experto,
que los pobres tienen alma
y nadie podrá pensar
ni críticos, ni periodistas
que usted se ocupe de eso.
Así que tendrá su tiempo
hasta que ellos se den cuenta.
Haga cine, mucho cine,
sólo para despistar
y no se crea un carajo
lo que pase en ese mundo
porque el cine es manejado
por los patrones del mundo.
Haga cosas insolentes,
inmorales, si se quiere,
y verá cómo los críticos
son tontos y dependientes.
Y no deje de hacer cine
aunque vengan degollando
que los críticos insultan
sólo aquello que algo vale.
Y algo tiene que cuidarse,
que los críticos son títeres
de gente muy poderosa
que, para tener razón,
pueden tirarte una bomba.

El Director

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