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martes, 26 de noviembre de 2024

AMORES PERDIDOS. LA JUVENTUD - VI


No estamos, exactamente, en ningún sitio,
somos esos arcángeles negros,
que sólo aparecen para enfrentarse con la muerte.
Vivir, vivir en el deseo, sin hambre, sin sueño,
invencibles en nuestro empecinamiento de vivir.
Y así comenzamos cada día, ciegos amantes del sol,
pero, también, enloquecidos amantes de la lluvia
y nos dejamos llevar por el viento de los huracanes
y nunca necesitamos volver a ningún sitio
porque de ningún sitio somos o hemos partido.
La vida nos entra por los ojos, casi siempre
y nos burlamos de todo lo que nos circunda,
sin otra razón que estas crueles lágrimas,
que no pensamos derrama ,
que no pensamos ofrecer a ningún Dios,
porque nosotros somos dioses en nuestra burla
y ni siquiera ambicionamos morir
porque de alguna manera ya hemos muerto.

De Amores Perdidos, 1995

domingo, 26 de noviembre de 2017

AMOR PERDIDO. LA JUVENTUD - X


Rencores tengo ajenos y los propios
maldecires y llantos conviven en mí.
Sin embargo en noches quiero amarte,
de risa y de sosiegos cantar por ti.

Cantar esas canciones de alma pura,
rondar ese silencio del bello amor .
Hilos de luz enredar en tu cabello,
pieles internas desatar con mi voz.

No me acuses de gozar en mis penas,
que aunque me duela aún el corazón,
saltar quiero, sí, hasta tus brazos.

No hieras con tus lágrimas mis ojos.
Bebe de mí el dolor, como de amores,
crucifica en mis penas, tu ambición.

Miguel Oscar Menassa
De "Amores perdidos"

martes, 20 de octubre de 2015

20 de enero de 1977, Madrid


Hacer el amor nos haría bien.
Imagino esa fuerza y tengo escalofríos.
Antiguas vertientes de un verano febril, ...
podría matarte con esa pasión.
Podrías olvidar todo tu pasado con esa locura.
Podría si fuera necesario ser el uno para el otro.
Mi pensamiento tu carne, tu carne el olvido.
Paloma de los tiempos te estaba esperando.

Llevaré tu cuerpo junto al mío hasta el paroxismo de las extravagancias
Habrá piel y lagartos para las ceremonias.
Serás amada,
partida en mil pedazos por los dioses de la imaginación.
Hablaremos, más por la música que por las palabras.
Recorreremos el camino del cielo y del infierno y todavía más allá.
Más allá de las praderas de la nada.
En la cumbre del miedo y los delirios,
en la incertidumbre de los volcanes abiertos al espacio de la mutación,
donde por fin,
comeré tu cerebro.
Orgía de nervios, sangre de los amantes,
dientes desesperados contra la infernal máquina del tiempo,
Detengo la comida
mi corazón no puede más.
Necesito verte llorar como a una niña.
que tu llanto nos sumerja nuevamente en el mundo de la misericordia.
Detengo los vientos de la sinrazón para escuchar tu llanto.
Para que tus lágrimas y el tiempo de los océanos se confundan.
¡Oh! algarabía de los amantes.
Tus lágrimas
fundan sobre mí
el último secreto.

Miguel Oscar Menassa
De "Salto mortal"

jueves, 6 de agosto de 2015

ARRÁNCAME LA VISTA, AMADA


 Arráncame la vista, amada, le dije sin mirarla
 y ella, acostumbrada a mis palabras, bajó el telón.
 Quedamos, al besarnos, de este lado del mundo,
 sin ver lo que pasaba, sin mostrar lo que hacíamos.

Devuélveme la vista, amada, le dije sin mirarla
 y ella, acostumbrada a mis palabras, subió el telón.
 Quedamos, al besarnos, de ese lado del mundo,
 lo vimos y lo mostramos todo, mas todo daba igual.

Déjame como estoy, no toques mi delirio.
 Algo te doy amándote y nadie se da cuenta.
 Algo me guardo para mí del amor pero no siento nada.
 No somos náufragos perdidos, aún no hemos partido.

Aún, amada, nadie ha llegado al puerto
 y al llegar no habrá barca esperándonos.
 Sólo la bruma de la orilla espera,
 sin novedad, sin mundo, volvemos a la página.

Ya fuimos ciegos, ya fuimos videntes,
 ya dimos de beber a quien no amaba el agua,
 nos sentamos a comer en la mesa de los ayunadores
 y una cama vacía de amor la llenamos de lágrimas.

Ya fuimos la luz que no se enciende
 aunque de golpe aparezca Aladino.

Ya fuimos los condenados de la tierra
 y el dolor de quien nada tiene para sí.

Somos, ahora, como los árboles perennes
 que una vez plantados no dejan de crecer;
 más allá de los soles, del viento, de las lluvias,
 más allá de los tiempos, del amor, de la muerte.

Miguel Oscar Menassa
De "Al sur de Europa"

jueves, 15 de enero de 2015

AMOR PERDIDO. LA JUVENTUD - VI -


No estamos, exactamente, en ningún sitio,
somos esos arcángeles negros,
que sólo aparecen para enfrentarse con la muerte.

Vivir, vivir en el deseo, sin hambre, sin sueño,
invencibles en nuestro empecinamiento de vivir.

 Y así comenzamos cada día, ciegos amantes del sol,
pero, también, enloquecidos amantes de la lluvia
y nos dejamos llevar por el viento de los huracanes
y nunca necesitamos volver a ningún sitio
porque de ningún sitio somos o hemos partido.

La vida nos entra por los ojos, casi siempre
y nos burlamos de todo lo que nos circunda,
sin otra razón que estas crueles lágrimas,
que no pensamos derramar,
que no pensamos ofrecer a ningún Dios,
porque nosotros somos dioses en nuestra burla
y ni siquiera ambicionamos morir
porque de alguna manera ya hemos muerto.

Miguel Oscar Menassa
De "Amores perdidos"