Adolescente pescador de enamoradas viejas
gran pescador de trufas
de muchachas alegres como el sol
de a1guna fija para jugarse el alma.
Yo, gran cazador
gran manejador de redes solitarias
de redes para la soledad
de redes especiales
para cazar
tímidos corazones.
Cansado de ver morir
caliente
tanta gente
un verano de tarde
por los jardines públicos
por las calles públicas
por los baños públicos
puse mis redes silenciosas.
Después me dije
el tiempo es necesario
me aconsejé
tomar café sin ninguna leche
todas las mañanas.
Me aconsejé sentarme
le dije a una mujer
que se sentara al lado mío
Tu culo fresco
le dije
sobre la tierra fresca.
Nos dimos un gran beso de amor.
Ella me dijo sus maneras de entretener la soledad
Mostrar sus piernas o moverlas
según el frío o nuestras costumbres,
sentarnos al lado de un hombre
y dejarnos tocar
hasta sentir la necesidad de ser madres.
A veces, se entiende,
vendemos perlas a los hombres
alocados, perdidos en el sol.
Perlas orientales
perlas blancas de amor
pedacitos de perlas, dispuestas
generalmente sobre nuestro vientre
perlas, en fin, en forma de collares a dos vueltas
para estrangular mejor
sí
me dijo
perlas violentas.
Miguel Oscar Menassa
De “22 poemas y la máquina electrónica o cómo desesperar a los ejecutivos”, 1966
En francés
ADOLESCENT PÊCHEUR DE VIEILLES AMOUREUSES
Adolescent pêcheur de vieilles amoureuses
grand pêcheur de truffes
de jeunes filles gaies comme le soleil
l’une fixe pour jouer mon âme.
Moi, grand chasseur
grand manieur de filets solitaires
de filets pour la solitude
de filets spéciaux
pour chasser
de timides cœurs.
Fatigué de voir mourir
chaud
tant de gens
un après-midi d’été
dans les jardins publics
dans les rues publiques
dans les bains publics
j’ai placés mes silencieux filets.
Ensuite je me suis dit
le temps est nécessaire
je me suis conseillé
de prendre du café sans lait
tous les matins.
Je me suis conseillé de m’asseoir
j’ai dit à une femme qu’elle s’asseye près de moi.
Tes fesses fraîches
lui dis-je
sur la terre fraîche.
Nous nous sommes donnés un grand baiser d’amour.
Elle m’a raconté ses manières de distraire la solitude.
Montrer ses jambes ou les bouger
suivant le froid ou nos coutumes,
nous asseoir près d’un homme
et nous laisser toucher
jusqu’à sentir le besoin d’être mères.
Parfois, ça se comprend
nous vendons des perles aux hommes
affolés, perdus dans le soleil.
Des perles orientales
de blanches perles d’amour
des petits morceaux de perles, disposées
généralement sur notre ventre
des perles, enfin, en forme de colliers à deux rangs
pour mieux étrangler
oui
me dit-elle
des perles violentes.
En italiano
ADOLESCENTE PESCATORE DI INNAMORATE VECCHIE
Adolescente pescatore di innamorate vecchie
grande pescatore di trufe
di ragazze allegri come il sole
di alcuna posta per giocarsi l’anima.
Io, grande cacciatore
grande guidatore di reti solitarie
di reti per la solitudine
di reti speciali
per andare a caccia di
tímidi cuori.
Stanco di vedere morire
caldi
tanta gente
un’ estate di pomeriggi
per i giardini pubblici
per le strade púbbliche
per i bagni púbblici
mettè mie reti silenziosi.
Dopo mi disse
il tempo è necessario
mi consigliai
prendere café senza nessun latte
tutte le mattine.
Mi consigliai sedermi
gli dissi ad una donna
che si sedessi accanto a me.
Tuo culo fresco
gli dissi
sopra la terra fresco.
Ci diedimo un gran bacio d’amore.
Lei mi racconto suoi maniere di intrattenere la solitudine.
Mostrare sue gambe o muoverli
secondo il freddo o nostri abbitudini,
sederci a fianco di un uomo
e lasciarci toccare
fino a sentire la necesstà di esser emammi.
A volte , si capisce
vendemmo perle agli uomini
un po’ pazzi, perduti nel sole.
Perle orientali
perle bianche d’amore
pezzetti di perle, disposte
generalmente sopra nostro ventre
perle, in fine, in forma di collani a due volte
per strangolare meglio
sí
mi disse
perle violente.
En portugués
ADOLESCENTE PESCADOR DE NAMORADAS VELHAS
Adolescente pescador de namoradas velhas
grande pescador de trufas
de raparigas alegres como o sol
de alguma favorita para onde jogar a alma.
Eu, grande caçador
grande manejador de redes solitárias
de redes para a solidão
de redes especiais
para caçar
tímidos corações.
Cansado de ver morrer
quente
tanta gente
um verão de tarde
pelos jardins públicos
pelas ruas públicas
pelos banheiros públicos
pus minhas redes silenciosas.
Depois me disse
o tempo é necessário
me aconselhei
tomar café sem nenhum leite
todas as manhãs.
Me aconselhei sentar
disse a uma mulher
que se sentara ao meu lado.
Teu cu fresco
lhe disse
sobre a terra fresco.
Nos demos um grande beijo de amor.
Ela me disse suas maneiras de distrair a solidão.
Mostrar suas pernas ou movê-las
segundo o frio ou nossos costumes,
sentar-nos ao lado de um homem
e deixar-nos tocar
até sentir a necessidade de ser mães.
Às vezes, se entende
vendemos pérolas aos homens
aloucados, perdidos no sol.
Pérolas orientais
pérolas brancas de amor
pedacinhos de pérolas, dispostas
geralmente sobre nosso ventre
pérolas, enfim, em forma de colares de duas voltas
para estrangular melhor
sim
me disse
pérolas violentas.
En inglés
ADOLESCENT FISHERMAN OF ENAMOURED OLD WOMEN
Adolescent fisherman of enamoured old women
great fisherman of truffle
of girls happy as the sun
of some sure winner to gamble the soul.
I, the great hunter
the great handler of solitary nets
of nets for solitude
of special nets
to hunt
shy hearts.
Tired of seeing people die
hot-tempered
so many people
an afternoon in summer
I placed my silent nets
in the public parks
in the public streets
in the public bathrooms.
Afterwards I said to myself
time is necessary
I advised myself
to have a black coffee
every morning.
I advised myself to sit
I told a woman
to sit by my side.
Your fresh ass
I said to her
on the fresh ground.
We kissed each other with a grandiose kiss of love.
She told me about her ways of entertaining solitude.
Showing her legs or moving them
according to the cold or to our customs,
sitting by a man's side
and allowing ourselves to be touched
until we felt the need of becoming mothers.
Sometimes, it's understood,
we sell pearls to crazy men,
lost in the sun.
Oriental pearls
white pearls of love
pieces of pearls, placed
generally on our belly
pearls, in the end, in the form of two-string necklaces
to strangle in a better way
yes
she told me
violent pearls.
En alemán
HERANWACHSENDER ANGLER VON VERLIEBTEN ALTEN
Heranwachsender Angler von verliebten Alten
großer Trüffelangler
fröhlicher Mädchen wie die Sonne
irgendeiner festen um um die Seele zu spielen.
Ich großer Jäger
großer Handhaber einsamer Netze
Netze für die Einsamkeit
besonderer netze
um schüchterne Herzen
zu jagen.
Müde davon so viele Leute
warm
sterben zu sehen
ein Sommernachmittag
in den öffentlichen Gärten
in den öffentlichen Straßen
in den öffentlichen Bädern
legte ich meine schweigsamen Netze aus.
Danach sagte ich zu mir
die Zeit ist notwendig
riet mir selbst
einen Kaffee ohne alle Milch zu trinken
jeden Morgen.
Ich riet mir selbst mich zu setzen
sagte einer Frau
sie solle sich neben mich setzen.
Dein frischer Po
sagte ich
auf dem frischen Boden.
Wir gaben uns einen großen Liebeskuss.
Sie erzählte von Ihrer Art die Einsamkeit zu unterhalten.
Ihre Beine zu zeigen oder zu bewegen
je nach der Kälte oder unseren Gewohnheiten,
uns neben einen Mann zu setzen
und uns anfassen zu lassen
bis zum Gefühl Mütter sein zu müssen.
Manchmal verständlich
verkaufen wir den Männern Perlen
verrückt geworden, einsam in der Sonne.
Orientperlen
weiße Perlen der Liebe
Perlenstückchen, liegen
im allgemeinen auf unserem Bauch
Perlen, schließlich, in From von zweifach geschlungenen Ketten
um besser zu erwüirgen
ja
sagte sie zu mir
Gewaltperlen.
martes, 31 de agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
ELLA Y LA CALLE
Ella tiene tanta calle
en sus manos y en sus piernas
que uno la mira
y no puede más que amarla.
Ella perdió un zapato
un día de lluvia
y mis escrúpulos
comenzaron a recordarla.
Pero nosotros,
que caminamos juntos tantos árboles;
sabemos que el amor
no es:
encender velas en casa de los ciegos
ni creer que ella no está
dentro de ninguna rama verde.
Porque sus zapatos
eran las cinco de la tarde
y yo bebo a esa hora
con desesperación
mi primer trago de olvido.
Miguel Oscar Menassa
De "Pequeña historia", 1.961
Etiquetas:
Miguel Oscar Menassa,
Pequeña historia,
poesía
domingo, 29 de agosto de 2010
BUENOS AIRES, LA REINA DEL PLATA, ADIÓS
Para saber de pequeño y de loco
olía los olores buscando aquel olor.
Serpiente adolescente recupero tu piel.,
para ser tan solo contra el tiempo mi tiempo.
Hurtaba de las noches sueños y flores negras
Opacas madres reventando sus sexos
entre la algarabía y los colores
de la palabra puta.
Ella era el otoño
Sus frutos secos su color marrón,
su frío entrecortado por el sol
palabras del pasado.
Dormía bien
comía mi bocado de pan
y amaba de ella
los resplandores.
Su cuerpo contra mi cuerpo
todo lo primordial.
Sus humedades contra el dolor de la vigilia.
Recuerdo sus pechos en mi propio latir
redondos como toda la nieve
como la blanca nieve universal,
sus pechos
altas fragancias en mis ojos. Olor de los olores.
Busqué,
con toda la impiedad de la locura
tus pechos en la tierra.
Y en cada flor, y en cada hombre
y en cada letra de mis versos,
busqué,
tus ojos en la tierra.
Supe del tiempo de los despedazados pétalos
entre las manos.
Y fue imposible ser.
Del viejo amor
del desenfado de mi cuerpo
sobre tu bajo vientre,
sólo me quedan en las manos,
astillas
encuentros con la muerte.
En mis pequeños oídos malheridos
el ronroneo, de tu voz, la vociferación de tus encantos
entre mis piernas. Lenguas de fuego
tu voz, tu canto amable, tu nada misteriosa.
Y fui para saber, tu dios
el rey de tus aullidos
el omnipresente legislador de tus blasfemias.
Tu poeta inmortal.
La grieta en tu mirada, para siempre.
Bebedor insaciable, lleno de sed
pleno de rabia y de lujuria, bebí toda tu sangre,
tu embriagadora leche, bebí, todo el dolor.
Tus líquidos orgánicos,
tus carnes desgarradas con mis dientes
no bastaron.
Mi sed era insaciable.
Era una sed de tiempos, de palabras.
El sol que yo buscaba era otro sol
ni llamas, ni fulgores, ni roncas caricias sobre mi piel.
El sonido del sol, el estruendo del sonido del sol.
El nombre de tu cuerpo.
24 de junio de 1977, Madrid.
Fiesta de San Juan.
Fiesta de San Juan.
Miguel Oscar Menassa
De "Salto mortal", 1977
Etiquetas:
Miguel Oscar Menassa,
poesía,
Salto mortal
viernes, 27 de agosto de 2010
CUMPLIR 60 AÑOS. PRISIONERO
Al Grupo Cero
Prisionero soy de una larga condena
porque la palabra no otorga libertad.
Digo huella y huella se hace carne en mí,
arrugas con el tiempo, dolores del amor.
Huella, te digo y existen los caminos,
huella de mí y, al menos, en soledad
algún sendero, algo, habré conocido
algún paso habré dado al comenzar.
Huella del alba anuncia que el sueño terminó.
Que viene el universo, la mujer y el hombre,
que el mundo todo viene para hacer poesía
y la vida, ahí, viene la vida que se terminará.
Digo árbol y el verde forja toda mi realidad.
Verdea el corazón de las mujeres ancianas,
pone en el centro del corazón de mi amada,
la esmeralda perdida que brilla en el silencio.
Y cae, hasta llegar a su verdad de musgo,
verde que se detiene para que el mundo,
se piense florecido, húmedo, inquietante,
verde de amor muriendo sobre la hierba.
Digo decir y a borbotones de cataratas,
de mundo, se hacen plenas las palabras.
La mujer que nada en mí veía, al hablar,
vio de pronto sólo una luz en mi mirada.
Mirada de fiera, selva acorralada de luz.
Mujer, decir mujer, abrir ese destino:
ennoblecer el llanto, encumbrar el amor,
poner gacelas en el andar del caminante,
sonidos de agua y pájaros en su cantar.
Violín herido subiendo entre tus piernas.
Digo violín, amada, digo violín herido
y un aullido espectral hace del alma,
callada y quieta melodía desesperada,
abre tus ojos al agudo vacío del amor.
Digo ferrocarril y viajo sin detenerme nunca
haciendo siempre ruido desde el oriente al sur.
Y máquinas y obreros y fiestas de vendimias
y muertes que su destino nunca encontrarán.
Tren del Oeste digo y crujen las praderas,
una bala de plata atraviesa los ojos de la noche
un caballo blanco muere de sed en el desierto
y la mujer de los rizos dorados muere de amor.
Caballos, ¡imaginad! caballos atados a sí mismos,
atrapados por la velocidad de liberarse y volar,
caer como las piedras de la montaña al río,
llegar al fondo de las cosas sin dejar de caer.
Digo cerdo, lombriz, serpiente y pájaro
y el sexo se deslumbra de sí mismo,
abre las piernas, abre las piernas y habla,
dice del mar cosas como verde-azuladas.
Se arrastra, se arrastra antes de volar.
Y cuando se arrastra goza y cuando vuela
y cuando cae, nácar o plata es su sonrisa
y se arrastra por el dolor y goza de la vida.
Y vuela y se deshace de besos y de luces,
sexo del amor, le digo, de la vida viviendo.
Poema, libertad, guerra contra el hambre,
dulzura del decir quiero vivir en el deseo.
Y digo muerte y aunque no lo dijera,
poeta enmudecido, igual he de morir.
Por eso que la palabra nos condena
cuando hablamos, al goce y al deseo.
Sin libertad, prisionero de la palabra
con la alegría de haber sido hombre,
con el alma ya lanzada a los vientos,
sin dejar rastros, mi cuerpo morirá.
Miguel Oscar Menassa
De "Llantos del exilio", 2001
Etiquetas:
Miguel Oscar Menassa,
poesía,
Psicoanálisis
miércoles, 25 de agosto de 2010
CUANDO SE ABRAN LOS VIENTRES
Cuando se abran los vientres, yo no tomaré nada.
Entre los despedazados cuerpos confusos y alertas,
entre la poca realidad, lo negro, la débil vida,
amante del cuerpo de la letra, diré mis palabras.
Vengo de aquí, soy de aquí mismo, roca de soledad:
Nací en vuestra mirada, nací en vuestra impudicia,
Nací como una fuente enloquecida, aguas del deseo,
para dejar palabras, voz de la poesía, en libertad.
Tengo, por haber atravesado los confines del hombre,
por haberme deslizado en la mirada de la muerte,
algo del universo, una partícula de infinito en mi voz.
Vengo de aquí, soy de tus propias entrañas, el eco,
alucinado y luminoso de tu propio silencio oscuro,
el eco donde el tiempo, arrasa la memoria.
Miguel Oscar Menassa
De "La patria del poeta", 1991
Etiquetas:
La patria del poeta,
Miguel Oscar Menassa,
poesía
martes, 24 de agosto de 2010
FUI LO QUE SE DICE UN BUEN FENICIO, EN TODO
Fui lo que se dice un buen fenicio, en todo.
No era navegar por navegar, mi oficio,
mi oficio era tenderme entre los puertos.
Rosa perdida de perfumes rotos,
color de soledad, dejaba en cada puerto,
un infinito brote de locura.
No estoy perdido de amores sino de tedio:
ya nadie corre por los peldaños de mi mente como tú,
ya nadie abre su fuente con alegría y deseo para mí.
Yo ya no veo tus ojos en lo profundo de mis manos.
Navegar por navegar no es mi oficio,
arrancar trozos de la nada y unirlos en conjuro,
ese es mi oficio silencioso y tenaz, como de versos,
mi oficio no se puede aprender, no sabe, es ciego.
Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista", 1987
No era navegar por navegar, mi oficio,
mi oficio era tenderme entre los puertos.
Rosa perdida de perfumes rotos,
color de soledad, dejaba en cada puerto,
un infinito brote de locura.
No estoy perdido de amores sino de tedio:
ya nadie corre por los peldaños de mi mente como tú,
ya nadie abre su fuente con alegría y deseo para mí.
Yo ya no veo tus ojos en lo profundo de mis manos.
Navegar por navegar no es mi oficio,
arrancar trozos de la nada y unirlos en conjuro,
ese es mi oficio silencioso y tenaz, como de versos,
mi oficio no se puede aprender, no sabe, es ciego.
Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista", 1987
lunes, 23 de agosto de 2010
Hubo una época, un tiempo de mi vida
Hubo una época, un tiempo de mi vida,
donde todo era posible para mis ambiciones.
Una edad hubo. Hubo una edad de oro macizo,
donde amor y dinero eran el mismo Dios.
Yo solía tenderme sobre orcasitas diáfanas
y me encontraba con vagabundos, gentes de mal vivir
y yo tenía la hermosura que dan el ocio y la alegría
y algunos curiosos me besaban los labios y bebíamos.
Una época, una edad, aún, hoy, todo lo recuerdo.
Una mujer prendida de mis labios y otra mujer,
dejándose deslizar por mis hombros sangrientos.
Una mujer y otra mujer y, aún, noche desesperada,
otra mujer blandiendo como estandarte, mi sexo,
iluminada sonrisa, ardiente tempestad sedienta.
Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista", 1987
viernes, 20 de agosto de 2010
Querida:
Deletreo tu nombre,
empecinadamente,
doy vueltas tu nombre
escribo tu nombre,
hago con tu nombre una canción.
Enquistado,
echo babas a mi alrededor
y crezco.
Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista", 1987
jueves, 19 de agosto de 2010
RECHAZAMOS LA GUERRA
Rechazamos la guerra
todo el tiempo que sea necesario.
Nos callaremos
pero no para siempre.
Ocultaremos nuestra cara
pero no hasta el final.
Rechazaremos el amor
todo el tiempo que sea posible.
Nos calleremos
pero no para siempre.
Tendremos una doble vida
pero no hasta la muerte.
Miguel Oscar Menassa
De "La poesía y yo", 2000
Etiquetas:
La poesía y yo,
Miguel Oscar Menassa,
poesía
miércoles, 18 de agosto de 2010
YO PECADOR I
Me seducen los aros y los colgantes coloridos
las piedras coloradas y los rubíes
y las sencillas violetas en el rincón del patio.
De las vidrieras me atrapan los tonos amarillos
el sol contra la puerta cancel
y el color ocre de la galería en Chiclana.
Hierro forjado a mano por suaves forjadores
en el estilo imperial de la muralla china
hacia el oeste se extendía solemne el patio de mi casa
y hacia el misterio de la calle, el precipicio.
Después del precipicio la plazoleta verde
lejana inalcanzable
como la tierra prometida.
A mí
cuando pequeño
me separaba de la calle una escalera
una escalera blanca
con dos barandas verdes de cedro a los costados.
La idea fija era volar
una tarde, verano en Buenos Aires
el patio era un desierto.
Sólo un valiente se animará a cruzarlo.
Me puse las botas me coloqué la máscara antigás
y en cuatro saltos alcancé el rincón del patio
donde crecían las violetas.
La puerta cancel quedó a la vista.
Mientras los enemigos dormían atontados
por el alcohol del mediodía,
me paré en el primer escalón de la escalera.
Abrí mis brazos. Respiré profundamente
dispuesto a todo
y perdí los sentidos
cuando me invadieron por primera vez
los olores lujuriosos de aquel sombrío patio.
Miguel Oscar Menassa
De "Yo pecador", 1975
Etiquetas:
Miguel Oscar Menassa,
poesía,
Yo pecador
martes, 17 de agosto de 2010
QUERIDA
Sé que el cuerpo no recuerda
y a las palabras, a las palabras
se las lleva el viento.
Y sin embargo
deseo un encuentro en alta mar.
Porque usted y yo
fuimos salvajes entre la niebla,
entre la sordidez de la muerte
y sin saber qué hacer, desesperados,
-eso quiero que recuerdes-
desesperados
hicimos el amor.
Miguel Oscar Menassa
De "Salto mortal", 1977
Etiquetas:
Miguel Oscar Menassa,
poesía,
Salto mortal
lunes, 16 de agosto de 2010
MI PADRE HA MUERTO
A pleno silencio es cuando escribo
los vesos más hermosos.
Hoy hubiese querido abrazar a mi padre
y no fue posible.
Mis hijos tironeaban de mí
para que no cayera
en el abismo de sus brazos.
Hicimos ejercicios de fuerza y los vencí.
Ellos fueron alegres por mi juventud
y porqué no decirlo
antes de los juegos
el mayor dudaba de mis fuerzas.
No fue fácil vencerlo
hubo un instante
donde lo que reinaba
era el equilibrio.
Después
su brazo fue cediendo
lentamente y comenzamos a reír
a festejar
con amplias risas cristalinas
haber comprendido
que la conversación que manteníamos
aún no había concluído.
Después de los juegos
yo también estaba contento
y mientras me bañaba
tuve fantasías
de viajar con mis hijos al mar.
Dejaba que el agua cayera sobre mí
hasta confundirme con ella.
Mi cálida espuma tocaba
levemente los pies de los pequeños
y grandes oleadas de inmensidad
jugaban con los grandes
alegremente pero con firmeza
el juego de la vida:
Vencer y con la misma pasión
ser vencido.
Ha nacido el padre de mis hijos
y en ese remolino
semejante a la propia locura
donde mañana no habrá nada de hoy
en esa alegría
mi padre ha muerto.
Miguel Oscar Menassa
De "La poesía y yo", 2000
Etiquetas:
La poesía y yo,
Miguel Oscar Menassa,
poesía
jueves, 12 de agosto de 2010
EL TERROR DEL PUERTO
Las casas se desprendían hacia el mar
como palomas
sacudiendo sus ventanas
hacia la calle
hacia la ciudad.
Los muchachos pecaban misteriosamente
en sus cuerpos
esperando que alguna sirena tipo francia
los atrapara, para amarlos
en el fondo del mar
(ella podría besar sus hombros desnudos
y hasta sus sexos deslumbrados,
por esa voz que desconocen,
salada por el mar ,
diciéndoles palabras terribles
para sus años)
Algunos hombres silbaban.
Muchachas extranjeras
no vírgenes, pero pulcramente vestidas
miraban el mar.
Miguel Oscar Menassa
De "22 poemas y la máquina electrónica o cómo desesperar a los ejecutivos", 1.966
miércoles, 11 de agosto de 2010
YO SOY MIGUEL EL NIETO DE NAUR Y DE FARIDE
Yo soy Miguel el nieto de Naur y de Faride
pero también a causa de los ojos de mi madre
nieto y bisnieto de araucanos
fruto abierto al sol hijo de los ángeles.
Cuando mi madre recuerda a Valdivia, el asesino
puede verse en sus ojos al trasluz
a Caupolicán en pie de guerra
dueño de todo el horizonte.
Miguel Oscar Menassa
De "Yo pecador", 1975
Etiquetas:
Miguel Oscar Menassa,
poesía,
Yo pecador
lunes, 9 de agosto de 2010
ELLA Y EL VIENTO
El viento,
ese trotamundos incansable
que nos toca,
ha llegado hasta mí para traerme
el recuerdo de ti,
de tu voz en el viento,
de tu risa en el viento,
de tu ferocidad detrás del viento.
No es el mismo de las noches compartidas
ni el que levanta las polleras tristes de la tarde
para mostrarnos:
un amor de piernas,
un amor de noches,
un amor.
Es el gran luchador
como tú,
fuerte y frío
como tú
que te lleva
como tú solías llevarme
detrás de un beso
de una caricia prometida.
El te retiene y te suelta
cuando quiere.
El es el que repudiándose
te maldice y te ama,
como yo.
Miguel Oscar Menassa
De "Pequeña historia", 1961
Etiquetas:
Miguel Oscar Menassa,
Pequeña historia,
poesía
domingo, 8 de agosto de 2010
LAS LAPIDAS SIEMPRE SON DESAFORADAMENTE PESADAS
No comprendés, la distancia es el mar, las mil leguas marinas que nos separan irremediablemente.
Cuando estábamos todos en el puerto, todos éramos iguales.
Después llegó la hora de embarcarse, la nave construida, las amarras rotas.
Yo preferí el mar, vos la tierra.
Desde el mar te tiré los cabos necesarios, las escalas necesarias. Fue imposible. Desde la arena me hacías señales luminosas incomprensibles; recuerdo una noche que me entretuve en las señales, casi me voy a pique.
Después el mar me fue ofreciendo nuevas palabras, nuevas conjeturas, mi piel en tanto iba adquiriendo las características de los viejos lobos de mar. Mis aullidos eran aullidos desprovistos de fe. Lo importante era emitirlos y no que alguien los escuchara.
Mi barco era pequeño y veloz, vos no pudiste soportar tanta velocidad.
Miguel Oscar Menassa
De "Los otros tiempos", 1970
Etiquetas:
Los otros tiempos,
Miguel Oscar Menassa,
poesía
miércoles, 4 de agosto de 2010
NOCHE 808
El asunto que quiero plantearme es: qué ocurriría con mi vida si yo me diera por un hombre leído, como se decía en mi barrio, para denominar a un hombre de conocimiento.
Sería hora de comenzar a decir mis pareceres. Algo nuevo para la literatura. Algo escandalosamente fuerte para la historia de las letras en castellano. Y nadie me permite tener nada (aunque después yo sepa arreglármelas con la angustia) porque cuando tengo algo lo reparto entre varios. Los éxitos grupales, más allá de lo que se piense, también, dependen en gran parte de los integrantes del grupo que no han participado en su producción.
Las cosas son como son, si no serían de otra forma.
Sería hora de comenzar a decir mis pareceres. Algo nuevo para la literatura. Algo escandalosamente fuerte para la historia de las letras en castellano. Y nadie me permite tener nada (aunque después yo sepa arreglármelas con la angustia) porque cuando tengo algo lo reparto entre varios. Los éxitos grupales, más allá de lo que se piense, también, dependen en gran parte de los integrantes del grupo que no han participado en su producción.
Las cosas son como son, si no serían de otra forma.
Miguel Oscar Menassa
De "Las 2001 Noches y 393 noches de repuesto" (Poesía, Aforismos, Frescores), 1997
Etiquetas:
"Mi única familia",
aforismos,
Las 2001 Noches,
Miguel Oscar Menassa,
poesía,
rescores
domingo, 1 de agosto de 2010
UN FUERTE VIENTO INSISTE: TODO HA TERMINADO
Cantando las vidalas
hago estallar obúes misteriosos.
En plena boca llevo un profundo amor
y pólvora
y diamantes
y una guitarra seca por el odio
y un contrabajo viejo llorando enloquecido.
Sed,
murmullo de aguas y montañas.
Lagos,
grotescas piedras en la cabeza de los hombres
La música de fondo es un violín desesperado.
Soy el que desafina hasta el hastío.
Miro mi vida y canto, miro su vida y canto,
soy un cantor que dice de la vida,
tengo asperezas siempre.
Me gustaría ser alto y delicado,
tener amor todos los días
y un manantial de leche fresca para el amor
y aguas
y música de aguas
y silencios de mares
y olores,
rasgos de mi ser para las ceremonias del encuentro.
Alto y virginal, celeste,
casi inalcanzable,
escondido entre las plegarias,
vuelo hacia tus entrañas,
desgarro hímenes y velos,
hago saltar tus vestiduras por los aires,
sostengo entre mis dedos temblorosos tu desnudez,
agonizo.
Miguel Oscar Menassa
De "El amor existe y la libertad", 1984
Etiquetas:
El amor existe y la libertad,
Miguel Oscar Menassa,
poesía
Suscribirse a:
Entradas (Atom)