domingo, 31 de mayo de 2009

"Para que algo nazca, algo tiene que dejar de vivir o la nueva ley de extranjería" de Miguel Oscar Menassa


PARA QUE ALGO NAZCA, ALGO TIENE DE DEJAR DE VIVIR
O LA NUEVA LEY DE EXTRANJERÍA

Ahora a crecer, que quiere decir:
entrenarse con voluntad fecunda
para poder dentro de unos años
saber vivir, amar en otro mundo.

Ahora a crecer,
a desviar nuestros principios,
a encarcelar nuestras pasiones,
hacerlas llevaderas y si un día,
siento una pulsación extraña
que al liberarme me condena,
diré que no, mil veces no.

Ahora a crecer,
a comprender el valor del dinero.
El dinero puede, cuando quiere,
de un solo golpe,
aniquilar toda virtud,
preñar la nada,
embellecer con flores el desierto
y hacer del hombre y de la piedra
dos amantes perfectos.

Ahora a crecer,
a dejarse llevar por el contrato.
Conocer a fondo nuestros sentimientos
para abandonarlos.

No poner nunca de excusa,
en el trabajo, un amor,
porque me quitarán el amor
y no me darán ningún dinero.

Ahora a crecer,
que quiere decir ahora a descansar.
No me fue posible encontrar nada en ningún sitio
ni amores, ni ventajas, ni pan, ni soledad
por eso me condeno a escribir un poema.

Un poema de un hombre
que ya lo tuvo todo
y desea soñar.
Un poema de un hombre
que sueña todo el día
pero no puede amar.
O la historia de un hombre
que trabajando duro 20 años
pudo al fin veranear.
o aquel hombre que amaba
sólo a su madre y que tuvo
un trágico accidente en el mar.

Hombres valientes,
hombres de acero firme,
combatientes,
en las calles de la ciudad,
todos contra todos.

Yo soy un hombre
y escribo con violencia.
A veces termino sabiendo
cosas que nunca viví.
Otras, me doy cuenta, vivo vidas
que nunca imaginé.

Soy elegante y voy vestido de palabras,
al mismo tiempo deseo y me desean
y eso me da coraje para seguir en el poema.
Me hacen sentir que escribo para el mundo.

Digo violeta, pongo violeta aquí
y el horizonte se tiñe de violencia.
Digo violencia, pongo violencia aquí
y un hombre arranca sus genitales
y los ofrece a Dios.

O bien, una mujer le dice al hombre,
¡mátame! por favor,
y él la mata con cierto nerviosismo
y la mujer, complacida,
goza mientras se muere.
Al hombre
lo meten en la cárcel 30 años
y cuando lo liberan
una luz lo enceguece
y muere atropellado y ciego
por un niño andando en bicicleta.

Un hombre, una mujer chocan en la vida
y se llevan por delante como bestias
y se sonríen, cálidamente y se abrazan
antes de caer.
Ese abrazarse, mutuamente, los salva.

Después sus vidas se llenan de papeles,
papeles de nacer, de haber nacido
en un país, un pueblo.
Papeles que confirmen
que padre y madre hicieron el amor.
papeles que me digan
que soy un hombre aquí.

Aquí, en este papel, se dice claramente
que este hombre que soy
nació de humanos seres
y el papel asegura,
con la fuerza de la palabra escrita,
que en el momento de la foto,
este hombre que soy, estaba vivo.

Vengan a mí, que tengo para daros nada.
nada de nada tiene el extranjero, nada
y, sin embargo, tiene un verso en los ojos:

Rueda la vida, rueda y, también, se detiene.

Aquí están, mi vida, mis hijos, mi dinero
mi trabajo futuro, todos mis amores.
Al menos dadme un papel que diga:
El extranjero Juan no tiene nada,
todo lo dio por un papel.

No tengo nada, ni dignidad me queda,
al menos un papel que diga que he vivido.

Éste fue Juan, nació de padre y madre
fue, exactamente, un hombre
pero vivía como un perro, sin amor y sin dueño.
Al morir, también, le fracasaron los papeles
y nadie se dio cuenta de su muerte.
”No estaba”, “no venía”, “lo habrían contratado”
pero nadie podía pensar que había muerto.

papeles, dadme papeles,
soy la mujer del valle donde la radiación
se comía, vorazmente, a los pájaros,
tengo en mi cuerpo marcas de la explosión.
Los salvajes carros de la guerra al alba
atravesaron nuestro cuerpo.
Ni alma nos dejaron.

Fuimos quemadas vivas y, sin embargo,
en mi cuerpo aún brilla,
la caricia del amado al partir.
Tengo los labios rotos por la sal de la vida
y, sin embargo, cuando vuelve,
dulce es el beso del amado
aunque vuelva a partir.

Cristos y deidades al pasar por mi pueblo
no encontraban consuelo al ver lo que pasaba.
Caín, el asesino, estaba vivo
y Abel de sueños era, inalcanzable.

En mi pueblo se violaban las vírgenes
para no contraer enfermedad
y ataban a los niños de la cintura para abajo
para que no pudieran, los pobres, caminar.
Y cuando no había pan o carne o gasolina
se mataba algún pobre, alguna puta.
Y hubo noches, en mi pueblo: la tierra,
que se llamaron las noches de las bombas
donde nos acostábamos uno encima del otro
para que los de abajo no murieran.

Y después hubo horrores que se olvidan,
horrores donde toda la culpa
la tenía Dios.

MIGUEL OSCAR MENASSA

sábado, 30 de mayo de 2009

"Te extraño y te lo digo así sin sentimientos vanos" de Miguel Oscar Menassa

Te extrañó y te lo digo así, sin sentimientos vanos,
sin dudas, sin ningún incendio fulgurante en mi boca.
Sin rencores, sin ilusiones pensadas para el futuro,
sólo te extraño desde tu carne grabada en mi mirada.

Cuerpo, alelí delicado y sangrante sobre mis ojos,
desesperada tierra arrojada sin piedad al abismo.
Extraño las tortuosas cadenas encarnadas en besos,
ruidos de tu boca en torbellinos sobre mi locura.

No llamo los recuerdos para llamar sonidos de tu voz,
llamo por tu garganta cegada por la hoz del silencio,
hueco imperturbable entre nosotros cuando era el amor.

Extraño trozos de palabras, arrancados trozos de piel,
leves girones de antiguos y amados descuartizamientos.
Tu boca en la montaña, mi corazón saltando en el vacío.


Auditorio Municipal de Camarma de Esteruelas.
Edificio Multifuncional. C/ Daganzo, 2
Entrada por lateral (Calle Soledad)
ENTRADA LIBRE
Para poder verlo hay que acceder a la siguiente dirección:
www.helloworld.com/grupocero. Una vez en la página hay que pinchar donde pone Live! (situado arriba, a la derecha de la página)
Una vez que se abre pulsar Play

viernes, 29 de mayo de 2009

"Tu cuerpo" de Miguel Oscar Menassa

TU CUERPO

Tu cuerpo
se me aparecía
por las noches
como una montaña
y yo trepaba por tu cuerpo
como un animal salvaje
en su terreno.

Me caía y relinchaba
como un potrillo joven
y me esforzaba en llegar
a tu risa de aguas claras
para bañar mi cuerpo
en esa algarabía.

Una vez
una de tus pesadas manos
cayó sobre mí
para desviar mi mirada
del hondo precipicio

y yo seguí creciendo.

Después del golpe
recuerdo de tu voz:
la muerte cuando ocurre

jueves, 28 de mayo de 2009

"Poema V" de Miguel Oscar Menassa

POEMA V

Volver por las noches para espiar sobre tu cuerpo
las pequeñas y brillantes marcas del amor
era algo a lo cual estábamos acostumbrados
y sin embargo hubo una marca insoportable.
Una marca que señalaba otro destino
para tu cuerpo de mujer.

Una marca celeste, abierta, en lo profundo de tu carne
-cielo de nubes y de alcántaras
fuego sagrado abierto a todos los horizontes
amada
rosa sin fin como metralla luminosa
encegueciendo sin dar tregua los ojos enemigos-.

Herida insoportable, tajo de amor, en lo profundo de tus
[ojos
-mansa vaca dorada, paciente tejedora,
tu mar de fondo
tiene el color del bronce que en su mirada
suelen tener los grandes asesinos-.

Devastadora
voraz incendio de los bosques.

miércoles, 27 de mayo de 2009

"Ella y la lluvia" de Miguel Oscar Menassa

ELLA Y LA LLUVIA

La lluvia
libre e interminable
se mete por mi boca abierta de soledad
y te llama y te busca
como si estuvieses dentro mío
aquí, dulce
aquí, intacta.

Y tú
y tu nombre
que sólo puedo pronunciar cuando te toco
bostezan y se acuestan
bajo un cielo de agua que no acarician.

Tú, violable sólo
por el filo astuto de dios
y la sonrisa de los hombres rubios
y tu nombre que te llama
que se complica contigo
en el misterioso juego de tu fuga,
dónde, dónde
en qué cuerpo
en qué hombre permanecen.

Pensar que no eres
que no te llamas de ninguna manera.

Cómo decirle a la lluvia entonces
que tú no estás
aquí, dulce
aquí, intacta
que no has llegado nunca.

lunes, 25 de mayo de 2009

Recital poético musical. Miguel Oscar Menassa - Indios Grises

ADIÓS
CULTURA
MI SEÑORA

Cuando pequeño escuchaba hablar a los mayores:

Ella, un día, abriría sus puertas,
para que yo entrara, por fin, a la vida.
Joven príncipe entrando al palacio que le corresponde.

Yo crecía
y mis amigos crecían
y todo era esperanza.

Estábamos aniquilados por una ilusión:

Ella un día abriría sus piernas, sus puertas, sus ventanas
y nosotros entraríamos en ELLA como ELLA en nosotros
y, en ese instante, el reino de los cielos en la tierra,
sería la cultura.

Con el tiempo, esperando y haciendo nuestras cosas,
-esperando de día, haciendo nuestras cosas por la noche-
fuimos transformando todas las ilusiones en banderas.

Salimos a la calle para gritar:

¡la cultura es nuestra!

¡la poesía al pueblo!

¡la mujer a la poesía!

Gritábamos de todo, después,
percibimos los aullidos de Hiroshima,
empobreciendo cualquier dolor.
Dejamos de gritar.
Con los dientes apretados,
con una palpitación interior, increíble,
como si la vida fuera eso, apretar los dientes.

En la quietud de ese silencio pasaron años.

Éramos empecinados, amábamos con fervor las ilusiones
y esa pasión entre los hielos,
fuego brutal que aún me sobrevive
y canta en el propio centro del silencio mortal,
-que me sobrecoge para matarme-
una canción,
última entre tus brazos.

Adiós,
viejo deleite cuando niño
y pensaba llegar a las estrellas.
Mi señora, guardaré en mi corazón las huellas
de haber hecho el amor con usted y algún día,
no me lo perdonarán y, sin embargo, me confieso:

Yo fui feliz entre sus carnes de violetas

Cuántas veces un soneto hizo estallar mi corazón de porvenir.

Cuántas veces la armonía, la perfecta armonía, vuestro Dios,
hizo que de mis ojos cayera una lágrima.

Y acunando a mis hijos,
supe recitar, acompasadamente,
de los grandes poetas, los mejores versos.

Y viajé por las sílabas buscando la longitud exacta de la noche.

Y calculé el destino de una vocal durante años.

Y me até a las palabras.

Y viví maniatado entre las hojas de los libros.

De seguir por ese camino me tocaba la gloria,
más, una tarde, inexplicablemente, comencé a crecer.

Las palabras no cabían en las frases.
Las frases se caían de la página.

Mis sentimientos agrandaban el corazón del mundo peligrosamente.

Y al caminar,
tropezaba con las palabras
y caía.

Una
y otra vez.

Y las palabras se metían por mis ojos abiertos
y me dejaban ciego, y ahí,
precisamente, vacío de negruras,
transparencia donde la blancura hace pensar en el infierno,
la Poesía me tendió su mano y en esa algarabía,
-borrachos de habernos encontrado-
rompimos,
trastabillando juntos, todas las barreras.

Ella deformó su ser en el encuentro
y yo,
entregué mi vida en el adiós.




Colegio Mayor Nuestra Señora de África. 13 de mayo de 2009

domingo, 24 de mayo de 2009

"Somos el fruto maduro de una estación lejana" de Miguel Oscar Menassa


SOMOS EL FRUTO MADURO
DE UNA ESTACION LEJANA


En plena noche
Ella sigue siendo mi luz
y descansar me parece
absurdo en su presencia.

Ella produce luz cuando vibra su cuerpo
cuando su cuerpo tiembla de volcanes perdidos
de volcanes abiertos cual pestilente herida
escupiendo y llorando
calientes tempestades de silencio.

Abro los ojos para verla temblar
y Ella me enceguece con su luz.

Cuando su cuerpo recorre
los escándalos de la noche
cuando su cuerpo se detiene
violín interminable
en infinitas notas imposibles
como una música
loca de silencio
la luz
infinita luz
se enceguece a sí misma.

Al compás
de los últimos movimientos de su cuerpo
todo es gris.
Como cuando la lluvia
te parte el corazón
como cuando en invierno
las heladas razones del odio
en tu cuerpo
hacen fracasar todo temblor
todo sueño.

Y el gris es
más que la soledad
más que el silencio
como cuando las piedras
se defienden de las piedras
como cuando la noche estalla
de oscuridad y sombras.

Reina la noche
y Ella, todavía,
es Poesía.

Animal de luz.
Bestia del tiempo
baila para mí
última danza.

Se contornea y salta entre la muerte y la locura
sin brusquedad como danzando entre corales
como danzando entre nubes ardientes de plenitud.

Su cuerpo es el amor
es el amor que nos lleva más lejos que la muerte
amor de amores más imposible, aún, que la locura.

Amor no sabe nada de la vida
es una carne abierta
a las palabras más pequeñas.

Amor no reina sobre nada
danza sin esperar respuesta
como si la vida fuera su compás.

Furtiva
entre la espesa niebla
donde se pudre el tiempo
envuelta en mis palabras
crucificada por el amor
sonríe
abierta como nube
partida por el sol.

Yo era el inefable
hombre de las cavernas
buitre feroz sin patria
caía
con toda mi destreza
sobre tu pequeño tiempo
muerto entre la niebla
y me lo comía.

viernes, 22 de mayo de 2009

"Reconciliaciones" de Mario Benedetti

RECONCILIACIONES

Puedo reconciliarme
con la luna tediosa y congelada
con la puerilidad de los profetas
con el viejo sudario del crepúsculo

puedo reconciliarme
con el milagro de las pesadillas
con el recodo triste del invierno
con la cursilería del laúd

pero nunca podré reconciliarme
con los buhoneros de la muerte
los cascabeles del olvido
los sicofantes de mi pánico

nunca podré reconciliarme
con los depredadores de mi gente
el aguinaldo de los delatores
la desmemoria de los fusileros

Mario Benedetti
Uruguay-1920

martes, 19 de mayo de 2009

"BUENOS AIRES, LA REINA DEL PLATA, ADIÓS"

Para saber de pequeño y de loco
olía los olores buscando aquel olor.
Serpiente adolescente recupero tu piel.,
para ser tan solo contra el tiempo mi tiempo.

Hurtaba de las noches sueños y flores negras
Opacas madres reventando sus sexos
entre la algarabía y los colores
de la palabra puta.

Ella era el otoño
Sus frutos secos su color marrón,
su frío entrecortado por el sol
palabras del pasado.

Dormía bien
comía mi bocado de pan
y amaba de ella
los resplandores.
Su cuerpo contra mi cuerpo
todo lo primordial.
Sus humedades contra el dolor de la vigilia.

Recuerdo sus pechos en mi propio latir
redondos como toda la nieve
como la blanca nieve universal,
sus pechos
altas fragancias en mis ojos. Olor de los olores.
Busqué,
con toda la impiedad de la locura
tus pechos en la tierra.
Y en cada flor, y en cada hombre
y en cada letra de mis versos,
busqué,
tus ojos en la tierra.

Supe del tiempo de los despedazados pétalos
entre las manos.
Y fue imposible ser.
Del viejo amor
del desenfado de mi cuerpo
sobre tu bajo vientre,
sólo me quedan en las manos,
astillas
encuentros con la muerte.

En mis pequeños oídos malheridos
el ronroneo, de tu voz, la vociferación de tus encantos
entre mis piernas. Lenguas de fuego
tu voz, tu canto amable, tu nada misteriosa.

Y fui para saber, tu dios
el rey de tus aullidos
el omnipresente legislador de tus blasfemias.
Tu poeta inmortal.
La grieta en tu mirada, para siempre.

Bebedor insaciable, lleno de sed
pleno de rabia y de lujuria, bebí toda tu sangre,
tu embriagadora leche, bebí, todo el dolor.
Tus líquidos orgánicos,
tus carnes desgarradas con mis dientes
no bastaron.
Mi sed era insaciable.

Era una sed de tiempos, de palabras.

El sol que yo buscaba era otro sol
ni llamas, ni fulgores, ni roncas caricias sobre mi piel.
El sonido del sol, el estruendo del sonido del sol.
El nombre de tu cuerpo.

24 de junio de 1977, Madrid.
Fiesta de San Juan.


viernes, 15 de mayo de 2009

"Poema cero" de Miguel Oscar Menassa

POEMA CERO

Perseguido por todos los universos
más que satanás, distinto de dios
enfriaré con mi maldad
los fuegos sagrados del infierno
y encenderé pasiones
allí
donde la luz del bien refleje en mi mirada.
Diferente entre ángeles, superior entre demonios,
no tendré paz.

jueves, 14 de mayo de 2009

Recital Poético Musical de Primavera


NOTA DE PRENSA
Madrid, miércoles 13 de mayo de 2009


Miguel Oscar Menassa (Buenos Aires, 1940)

El poeta Miguel Oscar Menassa ha ofrecido una selección de su obra poética en el Colegio Mayor Nuestra Señora de África (Madrid).
Poeta profundo y de versos, en la mayoría de los casos, sencillos, ha pasado durante 50 años por la medicina, el psicoanálisis, la pintura y el cine, pero su mansión siempre fue la poesía, de la cual nos ha dado una muestra.
En cuanto a la temática de su poesía, cuando uno se encuentra con su obra, podríamos decir que, en general, este escritor se ocupa de todo. No encontraremos argumentos o razones acerca de qué es o cómo se hace la poesía, sino el ejercicio vital de esa entrega.
De su poesía han dicho:
Antonio Aliberti: “En Menassa todo confluye en poesía, la poesía se justifica por sí misma.”.
Alberto Luis Ponzo: “Hay algo que se cumple en la poesía de Menassa, y es que escribe sobre lo que está pasando, pero no a cada uno de nosotros, sino lo que está pasando y deben saber las generaciones futuras”.
Juan Jacobo Bajarlía, (homenaje a Miguel Menassa en la Biblioteca Nacional , agosto 1995): “Estamos enfrente de una poesía que instaura los valores inalienables de la dimensión humana, una poesía en la que Miguel Menassa funda el objeto polisémico de un fervor que se hunde en las raíces del hombre para extraer las verdades absolutas o permanentes, como escribía Heidegger cuando definía la poesía como la fundación del ser por la palabra.”
Nicolás del Hierro: “Yo, un poeta de lenta elaboración, tengo, a fuerza de ser sincero, que descubrirme ante el torrente hermoso de quienes como tú escriben.”
Concepción Silva Belinzón (uruguaya): “Con un sistema poderoso de señales, Menassa consigue el hallazgo imprevisto de hoy y de siempre. y lo hace como culminación de toda aquella belleza, superando sus propios elementos, porque puede erigir en Cuerpo Poético las relaciones y correspondencias entre los seres y las cosas, el misterio y el sentido de su trabajo creador. Cuando leo sus libros, mis manos se llenan de estrellas. ”
Leopoldo de Luis (Premio Nacional de Literatura 1979) dice: “Hay dos clases de poetas: la del que requiebra a la poesía y la seduce con joyas verbales, y la del que se acuesta con ella, Menassa es de estos últimos.”



Miguel Oscar Menassa al inicio del recital





Recitando el poema “La patria del poeta”


Con el acompañamiento musical de Indios Grises




Con Juan Garrido Presidente de la Fundación Siglo Futuro



El poeta palestino Mahamouth Schowb y Menassa




Disfrutando del recital



El Director del Colegio Nuestra Señora de África, D. José Ramón Guerrero, el poeta Miguel Menassa y la subdirectora del colegio, Dña, Margarita Mifsut

miércoles, 13 de mayo de 2009

Recital poético musical de primavera



PRESENTACIÓN DEL RECITAL DE MIGUEL OSCAR MENASSA

Miércoles, 13 de mayo de 2009 a las 19 h, en el Colegio Mayor Nuestra Señora de África. c/Ramiro de Maeztu, 8. Metro: Metropolitano. Autobuses: 132, F y Circular.


Tengo el placer de presentar este acto, broche de oro del ciclo de clases POESÍA: UNA MANERA DE VIVIR, que gracias al colegio Mayor Nuestra Señora de África hemos podido llevar a cabo en sus instalaciones.

Agradecerles también a los participantes a dichas clases el entusiasmo y la colaboración en el desarrollo de las mismas y a todos ustedes por haber venido a compartir con nosotros este momento poético.

Miguel Oscar Menassa, que estará hoy, 13 de mayo de 2009 a las 19 h, con nosotros, es un poeta profundo y de versos, en la mayoría de los casos, sencillos. Ha pasado durante 50 años por la medicina, el psicoanálisis, la pintura y el cine, pero su mansión siempre fue la poesía, de la cual hoy nos dará una muestra.

En cuanto a la temática de su poesía, cuando uno se encuentra con su obra, podríamos decir que, en general, este escritor se ocupa de todo. No encontraremos argumentos o razones acerca de qué es o cómo se hace la poesía, sino el ejercicio vital de esa entrega.

LA POESÍA MIGUEL OSCAR MENASSA

Antonio Aliberti: “En MOM todo confluye en poesía, la poesía se justifica por sí misma.”

Alberto Luis Ponzo: Hay algo que se cumple en la poesía de Menassa, y es que escribe sobre lo que está pasando, pero no a cada uno de nosotros, sino lo que está pasando y deben saber las generaciones futuras.

Juan Jacobo Bajarlía: “Estamos enfrente de una poesía que instaura los valores inalienables de la dimensión humana, una poesía en la que Menassa funda el objeto polisémico de un fervor que se hunde en las raíces del hombre para extraer las verdades absolutas o permanentes, como escribía Heidegger cuando definía la poesía como la fundación del ser por la palabra.”

Nicolás del Hierro (acerca de Amores perdidos): “Yo, un poeta de lenta elaboración, tengo, a fuerza de ser sincero, que descubrirme ante el torrente hermoso de quienes como tú escriben.”

Concepción Silva Belinzón (poeta uruguaya): “Con un sistema poderoso de señales, Miguel Oscar Menassa consigue el hallazgo imprevisto de hoy y de siempre. Y lo hace como culminación de toda aquella belleza, superando sus propios elementos, porque puede erigir en Cuerpo Poético las relaciones y correspondencias entre los seres y las cosas, el misterio y el sentido de su trabajo creador. Cuando leo sus libros, mis manos se llenan de estrellas. ”

En el nº 6 de la revista Las 2001 noches, Leopoldo de Luis (Premio Nacional de Literatura 1979) dice: “Hay dos clases de poetas: la del que requiebra a la poesía y la seduce con joyas verbales, y la del que se acuesta con ella, Menassa es de estos últimos.”

martes, 12 de mayo de 2009

"Construyendo un amor" de Miguel Oscar Menassa

25 de Abril de 1982

CONSTRUYENDO UN AMOR

No estoy maravillado con mi vida.
Estoy arteramente sorprendido
por mi vida.
Como si hubiese vivido para otros
y ahora no sé qué hacer
con todo ese vivir que nadie quiere.

Antropófago de las horas libres
en mí vive el horror.

Muerte
no quiero maldecirte
porque otros te han maldecido
y en mi locura
por no hacer lo hecho
amada muerte te bendigo
sueño a tu lado
nuevas sombras de amor.

Bien amada
te brindo este poema
maltratado por el oro
y la lujuria de comer
y beber.

Te brindo este poema
como se brindan sémenes oscuros.

Aquí estoy amada
con la muerte
construyendo un amor
que nadie pudo.

lunes, 11 de mayo de 2009

"Somos el fruto maduro de una estación lejana" de Miguel Oscar Menassa

25 de Abril de 1982

SOMOS EL FRUTO MADURO
DE UNA ESTACION LEJANA


En plena noche
Ella sigue siendo mi luz
y descansar me parece
absurdo en su presencia.

Ella produce luz cuando vibra su cuerpo
cuando su cuerpo tiembla de volcanes perdidos
de volcanes abiertos cual pestilente herida
escupiendo y llorando
calientes tempestades de silencio.

Abro los ojos para verla temblar
y Ella me enceguece con su luz.

Cuando su cuerpo recorre
los escándalos de la noche
cuando su cuerpo se detiene
violín interminable
en infinitas notas imposibles
como una música
loca de silencio
la luz
infinita luz
se enceguece a sí misma.

Al compás
de los últimos movimientos de su cuerpo
todo es gris.
Como cuando la lluvia
te parte el corazón
como cuando en invierno
las heladas razones del odio
en tu cuerpo
hacen fracasar todo temblor
todo sueño.

Y el gris es
más que la soledad
más que el silencio
como cuando las piedras
se defienden de las piedras
como cuando la noche estalla
de oscuridad y sombras.

Reina la noche
y Ella, todavía,
es Poesía.

Animal de luz.
Bestia del tiempo
baila para mí
última danza.

Se contornea y salta entre la muerte y la locura
sin brusquedad como danzando entre corales como danzando entre nubes ardientes de plenitud.

Su cuerpo es el amor
es el amor que nos lleva más lejos que la muerte amor de amores más imposible, aún, que la locura.

Amor no sabe nada de la vida
es una carne abierta
a las palabras más pequeñas.

Amor no reina sobre nada
danza sin esperar respuesta
como si la vida fuera su compás.

Furtiva
entre la espesa niebla
donde se pudre el tiempo
envuelta en mis palabras
crucificada por el amor
sonríe
abierta como nube
partida por el sol.

Yo era el inefable
hombre de las cavernas
buitre feroz sin patria
caía
con toda mi destreza
sobre tu pequeño tiempo
muerto entre la niebla
y me lo comía.

domingo, 10 de mayo de 2009

"Atado por mis vicios" de Miguel Oscar Menassa

25 de Abril de 1982

ATADO POR MIS VICIOS

Atado por mis vicios
a sórdidas cadenas
me oculto para no ser
el vuelo de los pájaros.

Del brazo de la muerte
llego por fin a la ciudad.

Viene del sur dirán
es el poeta.

Su amor ama la guerra
y llegó a la ciudad
acompañado por la muerte.

sábado, 9 de mayo de 2009

"Como elefante triste" de Miguel Oscar Menassa

COMO ELEFANTE TRISTE

Deseo hacer el amor en pleno verano,
como en mi tierra hacían los sin-tierra,
se reclamaban los unos a los otros
y ya no había amor.

Hacer el amor, me digo, con determinación,
con cierta alevosía,
como les pasaba a las mujeres de mi pueblo,
con sus amores únicos.

Hacer el amor hasta romper
el equilibrio que me permite amar.
Como las flores que agonizan,
quemadas, rotas,
por el mismo sol que les dio vida.

Ahora, en esta lenta mañana de verano,
quiero que el viento produzca,
ese sonido, agudo y desgarrado,
del amor sin barreras.
Como hacen el amor las mariposas,
donde gusano y alas,
se juntan para morir.

Hoy quisiera practicar el amor bestial.
Como los cerdos hacen y las gaviotas,
y los vampiros quietos y las vacas.
Hembra y macho, animales en celo,
sin palabras.

Y un día dije:
hoy quiero amar todo lo que pasó.
Y mi vida se llenó de muertos.
Confieso haber sido como ellos,
llegué a gozar sentado en una silla,
quieto, sin alma, esperando un verso.

Y, después, me gustaría amar,
de país a país, de océano a montaña
y dejarme caer como los soldados
que mueren abrazados al arma que los mata.

Tengo que amar, me digo, tengo que amar.
Como aman los jóvenes en primavera,
sin importarles nada, burlándose del mundo.

Me gustaría, porqué no, hacer el amor
tendiéndome en un verso,
como las letras,
las palabras hacen
y me pongo celoso
porque no puedo tanto
y lloro como una mujer,
lo que defendiendo como hombre
no sirvió para nada.

Amar, hoy me dejaría amar.
Sería el hombre muerto-vivo,
que la mujer desea.
Quedarme quieto, digo,
atarme, sin más, al porvenir.
Besar la boca que besa el universo
y apagar la luz.

Hoy es una tarde calurosa
de verano en Europa.
Y quien se lo imaginara
no hubiera podido nunca
imaginarlo así:

Sentado y escribiendo,
haciendo el amor en las cloacas de mi ciudad.
Conociendo a fondo la vida cotidiana.
“Amor y odio se parecen”
amor y odio se parecen,
gritaba el condenado
y se abrazaba
con ardor a sus propias palabras
y amaba
todo lo que no podía ser y caía,
se dejaba caer sobre su cuerpo.

Así quisiera amar, así quisiera.
Con el alma partida de soledad,
sin que nadie me vea llorar por lo perdido,
como elefante triste que no verán morir.

viernes, 8 de mayo de 2009

"He buscado" de Miguel Oscar Menassa

HE BUSCADO


A mi hijo Pablo


He buscado, tercamente,
un paso hacia delante
y nada pude hallar.
He tratado, hábilmente,
de caer desde las alturas
y nada conseguía.
He viajado, locamente,
por calles imposibles,
sin encontrar el cielo.
He dejado, pausadamente,
todo lo bien amado
y todo lo bien amado
está en mí.


Siempre en el mismo sitio,
lejano y apacible,
mirando las estrellas,
siempre contra mí mismo,
paralizado de terror,
sin hallar el deseo.
Sin nadie que arranque
de mis ojos, sin luz,
vendas oscuras.
Siempre oculto
en mi propio corazón,
sin apenas salidas,
sin amor.


Dejo huellas
sobre mis pasos
y me declaro en libertad.
Ya no quiero caer,
ni busco cielos imposibles,
ni arrebatadas luces,
ni pasos adelante que,
sencillamente,
alivien mi dolor o mi tristeza.


En plena libertad,
alejado de humanas veleidades.
Dejando,
como si fueran síntomas eternos,
que mis grandes amores,
duerman conmigo esta siesta del alma,
vivan, conmigo, este dolor.

jueves, 7 de mayo de 2009

"Un año más, qué importa, como vino se irá" de Miguel Oscar Menassa

Querida:

Un año más, qué importa, como vino se irá



Este año publicaré varios libros.

Tengo que tener una ambición que se aleje de mí, algo que puesto en el mundo pueda interesarme lo suficiente como para beber la última copa, bailar el último vals y ponerme a trabajar como un condenado.

Fumo, sin saber que lo hago, y el humo me lleva por caminos siempre indeterminados. Me entretengo en las volutas de humo y cuando escribo, aún, el humo tiembla delante de mis ojos como si fuera una mujer enamorada.

Fumo, otra vez, y una vez más sin darme cuenta, para dejar pasar las horas, para darle tiempo a las palabras que se deseen entre sí de una manera brutal.

Un verso de esos que la humanidad guarda para siempre.
Que lo brutal no sea el verso sino su permanencia.
Nadie era dueño de sí cuando nos mirábamos.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Poesía. "Amor 2000" de Miguel Oscar Menassa


AMOR 2000

Es una voz inconfundible la que me confunde.
Los vientos detenidos clavándose en mi tiempo,
recurren a las más viejas fantasías de olvido
y, en ese punto negro de la memoria, surge el poema.

No es una sustancia, un ser, que atraviesan la nada.
Es nada lo que se come la sustancia, atravesando el ser.
Es huecos de huecos, el infinito que me mira,
es línea sobre línea, generando agujeros invisibles.

Opongo al misterioso siglo del vacío perfecto,
la carne desmesurada y abierta de tus ojos,
la sangre de tu boca, herida por lo insondable.

Opongo a la siniestra ceguera universal,
incandescente luz del choque de los cuerpos,
la magnética luz de tus palabras, amándome.

martes, 5 de mayo de 2009

Poesía. "Llegó la poesía y me dijo" de Miguel Oscar Menassa

LLEGÓ LA POESÍA Y ME DIJO

Un sí o, bien, un no, me hicieron
abrir nuevos caminos, abandonar caminos.

Hasta que topé, una noche, con la Poesía
me la pasaba volando de un lado para otro
según el capricho de mis tiernas amadas
que del amor, sólo sabían hacer el amor.

La Poesía me dijo con solvencia:
Para vivir, un hombre, no necesita volar
menos aún de un lado para otro tras su amada.
Un hombre debe tener los pies a la altura de los pies.

El alma al alcance de una breve caricia,
el sol sobre la tierra a la hora del sol,
el cuerpo y la palabra cual ríos disponibles
y a la noche algún sueño, una historia de amor.

Un hombre tiene todas sus esperanzas en el hombre.
Un hombre tiene como bandera la libertad.
Le da agua al sediento y lucha por un trozo de pan
y ama, hace como que ama pero no sabe amar.

Un hombre, dijo la Poesía, con severidad,
un hombre sabe que morirá y no le importa.
Sabe que muere cuando escribe y, sin embargo, escribe.
Sabe que cada amor le mata y, sin embargo, se enamora.

Un hombre, le dije, ambiciona volar
y aunque no pueda no le importa.
Ambiciona volar, ama la ilusión de volar.
Sentir en ese instante que algún día...

Un hombre, Poesía, es capaz de matar,
es capaz de comerse el corazón amado,
quitarse de la boca con asco un beso de amor
y amar, de sus cautivos amantes, el dinero.

También una tarde cualquiera un hombre
se deja acariciar por una brisa, un aire,
un sentimiento lo golpea en el pecho
y el pobre hombre cayendo se enamora.

Y hace como si tuviera sangre en las venas
y salta y corre y se acaricia con frenesí
y quiere entregarse, totalmente, por amor
y, ahí, viene la policía y lo encarcelan.

¿Me sigues, Poesía? Del hombre hablamos.
Es capaz de morir por ideales falsos
capaz de hacer la guerra por casi nada
dejar morir su otra mitad, en silencio.

Se mete en el centro del volcán y lo desafía.
Quiere atravesar los océanos con su cuerpo,
tocar la inmensidad, el cielo con sus versos
agujerear el vientre de la montaña, la piedra.

El hombre quiere llegar con sus latidos
al centro desconocido de la tierra,
a la vida íntima de todos sus amantes,
quiere llegar, al corazón de las cosas.

Y se enamora, Poesía,
y se pudre como una flor al sol
cuando alguien se muere o lo abandona.

lunes, 4 de mayo de 2009

Poesía. "Poema" de Miguel Oscar Menassa

Ojos de azúcar, miel, eterno dolor,
tus ojos militantes, tus tetas,
enloquecidas banderas de alegría,
giros de luz, caliente magnitud celeste,
tu sexo, abierto a los vendavales,
a las borrascas milenarias,
de mi famoso sexo americano.

Serás, fuera de nosotros,
pálida luna abierta,
infinita y abierta, vacía y loca.

Soy lo que del Inca queda para el amor.

Un incendio entre las cataratas,
una piedra grabada con los dientes,
una escritura descomunal entre las piedras.

Soy el que inventó el amor, la muerte del Inca,
un pedazo de cielo triturado por gigantescas olas,
contra los acantilados y el silbido del tiempo.

Miseria y soledad y ¿quién puede más?
Un hambre inmemorial, un vicio:
haber nacido antes, origen del origen,
escritura sobre escritura entre las piedras.

Y, también, tengo en mi tierra:
olivos
y azúcares
y malva
y rojas manchas de sangre entre las letras.

Apasionado cantor, obrero del verbo,
soy el que se mueve por encima de todo.
Más allá de los Cristos y de los Himalayas,
vuelo más alto que los jinetes de la muerte,
porque vuelo en todas direcciones.
Soy el que se bambolea de un lado para otro.
Un verdadero juego de azar,
sin principios, sin fin, sin ilusiones.

Ni siquiera un camino más corto para llegar.

Buscad, entre las perlas del profundo mar,
entre las caracolas, las huellas de mi paso.
Olímpica llama de amor,
en el fondo del mar.

domingo, 3 de mayo de 2009

"Dedicatoria" de Miguel Oscar Menassa


AL SIGLO XX

in memoriam
Fin de siglo, te muerdo las entrañas
arranco, una a una, tus vísceras.
Pongo a tus filósofos en formol
para que tu estupidez tenga su museo.
Inyecto en tu garganta reventada
venenos de luces y palabras rotas.
Acreciento el castigo sobre tus ojos ciegos.
No te veo morir, te abandono.

sábado, 2 de mayo de 2009