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sábado, 10 de octubre de 2020

Nada era tan terrible y tan maravilloso


Nada era tan terrible y tan maravilloso. 
Morir en tus brazos los días de fiesta.
Entre finos alcoholes y sedas estridentes 
todo ardor, se desprendía de tus labios.

Al crepitar salvaje de fuegos interiores,
pequeñas bestias encadenadas al amor,
tigres de una llanura incuestionable
nos hundíamos, ciegos, en la danza.

No eran movimientos lo que producíamos.
Eran catástrofes, cataclismos inesperados y abiertos,
violentos sacudimientos para iniciar las ceremonias.

Fiesta se llamaba a ese ir y venir de la locura,
al desgarrarse alcohólico de las sedas.
Un poema, escrito en libertad, era la fiesta.

 

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jueves, 8 de junio de 2017

AMOR 2000



Es una voz inconfundible la que me confunde.
Los vientos detenidos clavándose en mi tiempo,
recurren a las más viejas fantasías de olvido
y, en ese punto negro de la memoria, surge el poema.
 
No es una sustancia, un ser, que atraviesan la nada.
Es nada lo que se come la sustancia, atravesando el ser.
Es huecos de huecos, el infinito que me mira,
es línea sobre línea, generando agujeros invisibles.
 
Opongo al misterioso siglo del vacío perfecto,
la carne desmesurada y abierta de tus ojos,
la sangre de tu boca, herida por lo insondable.
 
Opongo a la siniestra ceguera universal,
incandescente luz del choque de los cuerpos,
la magnética luz de tus palabras, amándome.

 Miguel Oscar Menassa
De "La patria del poeta", 1991 

miércoles, 10 de mayo de 2017

PARA QUE ALGO NAZCA, ALGO TIENE DE DEJAR DE VIVIR


Ahora a crecer, que quiere decir:
entrenarse con voluntad fecunda
para poder dentro de unos años
saber vivir, amar en otro mundo.
Ahora a crecer,
a desviar nuestros principios,
a encarcelar nuestras pasiones,
hacerlas llevaderas y si un día,
siento una pulsación extraña
que al liberarme me condena,
diré que no, mil veces no.
Ahora a crecer,
a comprender el valor del dinero.
El dinero puede, cuando quiere,
de un solo golpe,
aniquilar toda virtud,
preñar la nada,
embellecer con flores el desierto
y hacer del hombre y de la piedra
dos amantes perfectos.
Ahora a crecer,
a dejarse llevar por el contrato.
Conocer a fondo nuestros sentimientos
para abandonarlos.
No poner nunca de excusa,
en el trabajo, un amor,
porque me quitarán el amor
y no me darán ningún dinero.
Ahora a crecer,
que quiere decir ahora a descansar.
No me fue posible encontrar nada en ningún sitio
ni amores, ni ventajas, ni pan, ni soledad
por eso me condeno a escribir un poema.
Un poema de un hombre
que ya lo tuvo todo
y desea soñar.
Un poema de un hombre
que sueña todo el día
pero no puede amar.
O la historia de un hombre
que trabajando duro 20 años
pudo al fin veranear.
O aquel hombre que amaba
sólo a su madre y que tuvo
un trágico accidente en el mar.
Hombres valientes,
hombres de acero firme,
combatientes,
en las calles de la ciudad,
todos contra todos.
Yo soy un hombre
y escribo con violencia.
A veces termino sabiendo
cosas que nunca viví.
Otras, me doy cuenta, vivo vidas
que nunca imaginé.
Soy elegante y voy vestido de palabras,
al mismo tiempo deseo y me desean
y eso me da coraje para seguir en el poema.
Me hacen sentir que escribo para el mundo.
Digo violeta, pongo violeta aquí
y el horizonte se tiñe de violencia.
Digo violencia, pongo violencia aquí
y un hombre arranca sus genitales
y los ofrece a Dios.
O bien, una mujer le dice al hombre,
¡mátame! por favor,
y él la mata con cierto nerviosismo
y la mujer, complacida,
goza mientras se muere.
Al hombre
lo meten en la cárcel 30 años
y cuando lo liberan
una luz lo enceguece
y muere atropellado y ciego
por un niño andando en bicicleta.
Un hombre, una mujer chocan en la vida
y se llevan por delante como bestias
y se sonríen, cálidamente y se abrazan
antes de caer.
Ese abrazarse, mutuamente, los salva.
Después sus vidas se llenan de papeles,
papeles de nacer, de haber nacido
en un país, un pueblo.
Papeles que confirmen
que padre y madre hicieron el amor.
Papeles que me digan
que soy un hombre aquí.
Aquí, en este papel, se dice claramente
que este hombre que soy
nació de humanos seres
y el papel asegura,
con la fuerza de la palabra escrita,
que en el momento de la foto,
este hombre que soy, estaba vivo.
Vengan a mí, que tengo para daros nada.
Nada de nada tiene el extranjero, nada
y, sin embargo, tiene un verso en los ojos:
Rueda la vida, rueda y, también, se detiene.
Aquí están, mi vida, mis hijos, mi dinero
mi trabajo futuro, todos mis amores.
Al menos dadme un papel que diga:
El extranjero Juan no tiene nada,
todo lo dio por un papel.
No tengo nada, ni dignidad me queda,
al menos un papel que diga que he vivido.
Éste fue Juan, nació de padre y madre
fue, exactamente, un hombre
pero vivía como un perro, sin amor y sin dueño.
Al morir, también, le fracasaron los papeles
y nadie se dio cuenta de su muerte.
"No estaba", "no venía", "lo habrían contratado"
pero nadie podía pensar que había muerto.
Papeles, dadme papeles,
soy la mujer del valle donde la radiación
se comía, vorazmente, a los pájaros,
tengo en mi cuerpo marcas de la explosión.
Los salvajes carros de la guerra al alba
atravesaron nuestro cuerpo.
Ni alma nos dejaron.
Fuimos quemadas vivas y, sin embargo,
en mi cuerpo aún brilla,
la caricia del amado al partir.
Tengo los labios rotos por la sal de la vida
y, sin embargo, cuando vuelve,
dulce es el beso del amado
aunque vuelva a partir.
Cristos y deidades al pasar por mi pueblo
no encontraban consuelo al ver lo que pasaba.
Caín, el asesino, estaba vivo
y Abel de sueños era, inalcanzable.
En mi pueblo se violaban las vírgenes
para no contraer enfermedad
y ataban a los niños de la cintura para abajo
para que no pudieran, los pobres, caminar.
Y cuando no había pan o carne o gasolina
se mataba algún pobre, alguna puta.
Y hubo noches, en mi pueblo: la tierra,
que se llamaron las noches de las bombas
donde nos acostábamos uno encima del otro
para que los de abajo no murieran.
Y después hubo horrores que se olvidan,
horrores donde toda la culpa
la tenía Dios.

Miguel Oscar Menassa
www.las2001noches.com

martes, 7 de octubre de 2014

Hoy he conocido el terraplén sangrante


Hoy he conocido el terraplén sangrante,
la herida en el ojo, abierto, de la vaca....
La ojiva negra perdida en el semblante,
la voluntad de amar el pozo de la nada.


He visto a mi lado las caras de la muerte,
el cascabel faltante de las horas de amor.
La cruz de Cristo, partida, en mil pedazos,
la triste encrucijada de odios malhabidos.

He visto, he conocido, he sentido a mi lado
la enfurecida bestia de la triste venganza.
El humo envenenado de horas no vividas.

Hoy he vivido sin par mi nacimiento.
Mi original manera de nacer a la vida.
El colosal, surgimiento de un poema.

Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista"

domingo, 10 de mayo de 2009

"Atado por mis vicios" de Miguel Oscar Menassa

25 de Abril de 1982

ATADO POR MIS VICIOS

Atado por mis vicios
a sórdidas cadenas
me oculto para no ser
el vuelo de los pájaros.

Del brazo de la muerte
llego por fin a la ciudad.

Viene del sur dirán
es el poeta.

Su amor ama la guerra
y llegó a la ciudad
acompañado por la muerte.

jueves, 7 de mayo de 2009

"Un año más, qué importa, como vino se irá" de Miguel Oscar Menassa

Querida:

Un año más, qué importa, como vino se irá



Este año publicaré varios libros.

Tengo que tener una ambición que se aleje de mí, algo que puesto en el mundo pueda interesarme lo suficiente como para beber la última copa, bailar el último vals y ponerme a trabajar como un condenado.

Fumo, sin saber que lo hago, y el humo me lleva por caminos siempre indeterminados. Me entretengo en las volutas de humo y cuando escribo, aún, el humo tiembla delante de mis ojos como si fuera una mujer enamorada.

Fumo, otra vez, y una vez más sin darme cuenta, para dejar pasar las horas, para darle tiempo a las palabras que se deseen entre sí de una manera brutal.

Un verso de esos que la humanidad guarda para siempre.
Que lo brutal no sea el verso sino su permanencia.
Nadie era dueño de sí cuando nos mirábamos.