lunes, 4 de mayo de 2009

Poesía. "Poema" de Miguel Oscar Menassa

Ojos de azúcar, miel, eterno dolor,
tus ojos militantes, tus tetas,
enloquecidas banderas de alegría,
giros de luz, caliente magnitud celeste,
tu sexo, abierto a los vendavales,
a las borrascas milenarias,
de mi famoso sexo americano.

Serás, fuera de nosotros,
pálida luna abierta,
infinita y abierta, vacía y loca.

Soy lo que del Inca queda para el amor.

Un incendio entre las cataratas,
una piedra grabada con los dientes,
una escritura descomunal entre las piedras.

Soy el que inventó el amor, la muerte del Inca,
un pedazo de cielo triturado por gigantescas olas,
contra los acantilados y el silbido del tiempo.

Miseria y soledad y ¿quién puede más?
Un hambre inmemorial, un vicio:
haber nacido antes, origen del origen,
escritura sobre escritura entre las piedras.

Y, también, tengo en mi tierra:
olivos
y azúcares
y malva
y rojas manchas de sangre entre las letras.

Apasionado cantor, obrero del verbo,
soy el que se mueve por encima de todo.
Más allá de los Cristos y de los Himalayas,
vuelo más alto que los jinetes de la muerte,
porque vuelo en todas direcciones.
Soy el que se bambolea de un lado para otro.
Un verdadero juego de azar,
sin principios, sin fin, sin ilusiones.

Ni siquiera un camino más corto para llegar.

Buscad, entre las perlas del profundo mar,
entre las caracolas, las huellas de mi paso.
Olímpica llama de amor,
en el fondo del mar.

1 comentario:

  1. Las huellas de su paso me encandilan. Amo bambolearme entre sus letras.

    Un fuerte abrazo.

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