No estamos, exactamente, en ningún sitio,
somos esos arcángeles negros,
que sólo aparecen para enfrentarse con la muerte.
Vivir, vivir en el deseo, sin hambre, sin sueño,
invencibles en nuestro empecinamiento de vivir.
Y así comenzamos cada día, ciegos amantes del sol,
pero, también, enloquecidos amantes de la lluvia
y nos dejamos llevar por el viento de los huracanes
y nunca necesitamos volver a ningún sitio
porque de ningún sitio somos o hemos partido.
La vida nos entra por los ojos, casi siempre
y nos burlamos de todo lo que nos circunda,
sin otra razón que estas crueles lágrimas,
que no pensamos derramar,
que no pensamos ofrecer a ningún Dios,
porque nosotros somos dioses en nuestra burla
y ni siquiera ambicionamos morir
porque de alguna manera ya hemos muerto.
Miguel Oscar Menassa
De "Amores perdidos"
invencibles en nuestro empecinamiento de vivir.
Y así comenzamos cada día, ciegos amantes del sol,
pero, también, enloquecidos amantes de la lluvia
y nos dejamos llevar por el viento de los huracanes
y nunca necesitamos volver a ningún sitio
porque de ningún sitio somos o hemos partido.
La vida nos entra por los ojos, casi siempre
y nos burlamos de todo lo que nos circunda,
sin otra razón que estas crueles lágrimas,
que no pensamos derramar,
que no pensamos ofrecer a ningún Dios,
porque nosotros somos dioses en nuestra burla
y ni siquiera ambicionamos morir
porque de alguna manera ya hemos muerto.
Miguel Oscar Menassa
De "Amores perdidos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario