Estábamos en la esquina
esperando el autobús
y la mujer me dijo:
voy a comprar tabaco.
Y desapareció.
Yo me quedé en la esquina
como petrificado
y el autobús partía
pero ella no venía.
Yo le dije al conductor
que esperara unos minutos
y el conductor riendo me contestó:
¿Esperar? no vale la pena, señor,
esa mujer no vuelve
aunque dos hermosos hombres
tanto como usted y yo
la esperen todo el día,
la esperen bajo la lluvia,
la esperen y desesperen
hasta el amanecer.
Así que yo me voy
a hacer el recorrido
y si usted me acompaña
yo le agradeceré
haberme librado
de esa putita
que primero me robaba
y, ahora, le roba a usted.
El conductor del autobús
muy seguro de sí mismo
hablaba del asunto
como un investigador.
Si mira sus bolsillos
le faltará dinero
y si mira su chaqueta
no encontrará el documento.
Así que venga y vamos
yo lo consolaré
le contaré algún cuento,
lo besaré en la boca
y después a la noche
iremos a bailar
al mismo salón
donde la joven va.
Miguel Oscar Menassa
De "Carnaval de la Tercera Edad"
como petrificado
y el autobús partía
pero ella no venía.
Yo le dije al conductor
que esperara unos minutos
y el conductor riendo me contestó:
¿Esperar? no vale la pena, señor,
esa mujer no vuelve
aunque dos hermosos hombres
tanto como usted y yo
la esperen todo el día,
la esperen bajo la lluvia,
la esperen y desesperen
hasta el amanecer.
Así que yo me voy
a hacer el recorrido
y si usted me acompaña
yo le agradeceré
haberme librado
de esa putita
que primero me robaba
y, ahora, le roba a usted.
El conductor del autobús
muy seguro de sí mismo
hablaba del asunto
como un investigador.
Si mira sus bolsillos
le faltará dinero
y si mira su chaqueta
no encontrará el documento.
Así que venga y vamos
yo lo consolaré
le contaré algún cuento,
lo besaré en la boca
y después a la noche
iremos a bailar
al mismo salón
donde la joven va.
Miguel Oscar Menassa
De "Carnaval de la Tercera Edad"
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