Soy el cantor le
dije sonriente,
no tengo nada que perder, sólo mi canto.
Así que usted y yo, podemos besarnos,
pisar fuerte la tierra, volar más alto.
no tengo nada que perder, sólo mi canto.
Así que usted y yo, podemos besarnos,
pisar fuerte la tierra, volar más alto.
Ya sé que no es
decente, amar la vida tanto,
que no es honesto, sincero, quererla para mí.
Que el infinito fuego debe ser apagado.
Que el inquietante deseo, debe morir.
que no es honesto, sincero, quererla para mí.
Que el infinito fuego debe ser apagado.
Que el inquietante deseo, debe morir.
Sin embargo,
usted y yo podríamos
hundirnos levemente en el abismo
llenar todo el abismo con mi canto.
hundirnos levemente en el abismo
llenar todo el abismo con mi canto.
Aunque en verdad
nadie lo quiera,
vivir, vivir, podríamos mil años.
Yo sería el cantor y usted mi canto.
vivir, vivir, podríamos mil años.
Yo sería el cantor y usted mi canto.
Miguel Oscar Menassa
(De “Poemas y cartas a mi amante
loca joven poeta psicoanalista”, 1987)
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