El que predica en la montaña
será el predicador de la montaña.
El que come su pan
apresuradamente
será el hambriento.
El que canta sin fe
por las mañanas
y nos anuncia el porvenir
será el cantor
dulce cantor de pastorales
donde mueren las flores
y el reino de los cielos
nos espera.
El que encienda
los fuegos fatuos de la carne
para aplacar la incertidumbre
de la bestia
será el censor
será el hombre
más triste de la tierra
el hombre de las dunas
el de la ausencia de colores.
EL QUE NO PUEDA MÁS,
EL QUE NO PUEDA
BAJAR DE LOS CIELOS
O ASCENDER DEL ABISMO,
SERÁ EL POETA.
Miguel Oscar Menassa
De "La patria del poeta", 2000
viernes, 3 de febrero de 2012
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