Hoy, querida, amo este dolor que me hace sentir vivo,
empecinados dolores, clavándose en mi alma,
en mi corazón, lujurias lacerantes y vivas,
en mi carne, veneno enamorado sobre mi piel.
Es dolor del mundo, me digo cabizbajo,
son las sangrantes tripas de occidente,
son el silencio trepidante del oriente,
son los mundos quebrándose en mis ojos.
Son, me digo, los cadáveres desesperados,
los muertos que, recuerdan haber muerto,
para que en mi cuerpo viva la humanidad.
Las libertades, hembras muertas de amor,
me llaman a los gritos, dolor iluminado
y humano y vivo, amante del vacío, canto.
Miguel Oscar Menassa
De “Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista”, 1987
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