Creciendo me fui dando cuenta
que vivir no era suficiente.
En principio comencé por cambiar
algunas horas de mi vida
por algunas palabras.
Esas cuestiones del sexo y del oro
de la pequeña y simpática libertad
de la política sombría.
Las palabras se unían unas a otras
como pesadas redes
y en esa soledad fue necesario amar
conocer el amor
amar el amor
ser para el amor
como si el amor fuera uno mismo.
Matarse por amor.
Envolverse en la tristeza
de un crimen por amor.
Soñar y ser soñado
siempre por la misma persona
y tener la valentía por amor
de despeñarse
por el desfiladero de las sombras
cada vez que lo amado deje de soñar.
Y el amor con tanta locura
trae el movimiento de los astros.
Soles quietos
enamorados de bailarinas lunas
lunas ciegas
bailando por la obligación del amor.
Después aún
entregando otras horas de mi vida
ingresé en el cosmos.
Los soles quietos giraban a su vez
alrededor de otras cadenas.
La luz
era sólo el reflejo de su búsqueda.
Miguel Oscar Menassa
La poesía y yo, 1999
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... uno aprende que las cosas importantes en la vida no son muchas y sobre todo uno aprende que en todas ellas está el amor.
ResponderEliminarGracias por tanta belleza.
Vivir nunca es suficiente si uno no se da cuenta que la verdadera vida dura solamente un instante.
ResponderEliminarEs un lujo haber encontrado su blog. A partir de ahora será uno de mis blog de cabecera.
Un cordial saludo
Impecable poema.
ResponderEliminarRepito lo del comentario anterior, un lujo haberlo encontrado.
Mis saludos.
Rosario