Abriré las compuertas
inundaré con mis palabras las poblaciones vecinas
para encontrarme por fin con mi destino.
Mi destino de azúcares y azahares
País de la locura
donde transitan libremente
animales salvajes y ocas doradas.
Reino
de las dulces pasadas de lengua por el culo
o de las extrañas e inquietantes travesías nocturnas
donde amar al prójimo, era en verdad, nuestro único fin.
Anémonas
arrojemos anémonas a los ojos de los malvivientes
busquemos en sus pieles
el cariñoso beso de una madre ajena y sombría
Eva de Adán, diosa de las tristes putas de occidente,
muéstrales la manzana
aloja en tu seno lo que habrá de morir.
Tu Adán no ha de morir.
Arbitraria foca de mar bésame en la boca
hiela mi piel
necesito escribir acerca de las palabras escritas.
Humo de incienso
blanco y perfumado olor de los orientes
abre la cripta de su corazón
y arroja en su ser desde las ánforas azules
pequeños animales salvajes y frescos vinos.
Miguel Oscar Menassa
De "Yo pecador", 1975
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