Querida:
A veces, tu
egoísmo me parte el corazón y, sin embargo, sigo ambicionando esta maravillosa,
a mi entender, conversación contigo, aunque para que eso sea posible, yo tenga
que llegar al borde mismo de la soledad.
A veces,
quiero decirte, te veo más obligada que apasionada. Como si nuestra
conversación fuese un paso necesario, obligatorio para tu vida y no una
terrible, tremenda decisión.
A pesar de
haber clamado con todas tus fuerzas por una situación semejante a la que
estamos construyendo, ahora, te pasa como si no pudieras soportar bien la
cristalización de tus propios deseos.
Tu destino
antes de conocerme estaba sellado.
Un día después de muchos intentos, lograrías enamorarte de un hombre y ese mismo hombre, propiamente enamorado de vos, te mataría.
Un día después de muchos intentos, lograrías enamorarte de un hombre y ese mismo hombre, propiamente enamorado de vos, te mataría.
Quiero
decirle, que usted sabe que de mí puede enamorarse sin temores. Soy el hambre
que ha decidido no matar. Ahora, claro está, usted, para que nuestro amor sea
posible, tiene que abandonar la idea de suicidarse entre mis brazos.
Salvados
estos deseos absurdos de matarte y matarte, la conversación podría llegar hasta
el mismo centro de la filosofía.
Quiero
decirle que tendremos tiempo para todo.
Nos
pasaremos dando vueltas alrededor de lo mismo durante largos años, hasta que un
día la luz ilumine tus ojos y cierre los ojos de tu madre, mis ojos, para
siempre. Mis ojos, aquellos ojos inmensamente abiertos, escrutadores y felinos,
¿ te imaginas? , cerrados para siempre.
Para que tú
puedas volar, querida, el universo se quedará sin una luz.
No
blasfemes, mi amor, no blasfemes, contra esta virtud inmaculada que te ofrezco.
Aprieta contra mis palabras tus últimas esperanzas. Vamos a saltar hacia
adelante, hacia un futuro que el hombre en general, todavía, no puede.
Todo
circula a velocidades más allá del sol. Un mundo donde todo retrocede, porque
más allá, sólo el vacío negro del sol agonizando.
Un mundo,
querida, donde todo el pasado se hace carne viviente, ¿te das cuenta? ,un mundo
donde los viejos amores vengan constantemente a instalarse en nosotros, donde
nos persiguen los viejos fantasmas, donde la vieja humanidad nos sobrecoge cada
vez. Un mundo, querida, donde nadie podrá perder sus sentidos, porque los
sentidos ya fueron perdidos.
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