Tuve mi alma abierta sin compasión al mundo.
Cualquiera podía arrebatar mi alegría
Yo era tu voz y el cuerpo de la lluvia
Yo era el espigado y salvaje
Jesucristo moderno
tenía mis manos y mis pies
Perfectos.
ligeros pies manos ligeras para la cruz.
Tuve los años jóvenes y toda la rebeldía de la pasión.
Tuve mi cuerpo al aire libre
Cualquiera podía dejar sus excrementos entre mis flores
y partir.
Yo era tus oídos y el viento de primavera
Yo era el criminal
Tenía en medio de los genitales un corazón
un corazón sediento, un perfecto andar entre mujeres.
Ya tuve 33 años y fui crucificado
DOLOR
dolor para el que muere todas las mañanas
Dolor para el que ya no tiene piedad de sí.
Miguel Oscar Menassa
De "Psicología animal y arte", 1975
domingo, 8 de enero de 2012
INTRODUCCIÓN SEGUNDA, O COMPLEJO DE CASTRACIÓN EN EL HOMBRE MASCULINO
Etiquetas:
Miguel Oscar Menassa,
poesía,
Psicología animal y arte
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