Nadie me esperaba y lo mismo he llegado.
Nadie abrirá su corazón y, sin embargo,
seré imposible viento, inexistente, mudo,
retazos de viejas esperanzas, hilo de luz.
Se cerrarán ventanas y puertas a mi paso,
caerán abatidos los mil párpados verdes,
arterias se ocluirán al paso de mi sangre,
mil bocas diáfanas y abiertas, enmudecerán.
Morirán pastos, se secarán antiguas flores.
Pequeños y grandes animales unos contra otros,
intentarán cerrar el paso iluminado de mi voz.
Yo llegaré cantando silencios y locuras, himnos,
donde todo lo oculto hablará en mis canciones,
sinfonías y huracanes de amor para los muertos.
Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista", 1987
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario