Amaba a las golondrinas
porque aprendí de ellas volver en el verano.
En el verano amaba en las arenas
la huella de tus pies.
Odiar
odiaba solamente el olor de los muertos.
Una tarde mataron a mi primo por la espalda
"Mano de hierro" lo llamaban
Miguel, Miguel, mi bien amado y dulce camarada.
Montabas a caballo como el "Llanero Solitario"
único y elegante
en las terribles guerras del verano
me hablabas de tu cuerpo
de tu cuerpo desnudo entre los perros
los perros le ladran a la ropa, me decías.
Desnudo uno es un perro más.
Dejar la casa del abuelo.
Olvidarme del patio y de la higuera
no recordar jamás el gusto de la menta
fue un golpe bajo de la vida.
Y vinieron después silenciosas mujeres
a violentar en mi recuerdo el nombre tuyo.
Vino después tu muerte traicionera.
Me contaron tu cara extraviada de sorpresa
porque esperar
-menos la muerte-
habíamos esperado juntos cualquier cosa.
Miguel Oscar Menassa
De "Yo Pecador", 1975
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