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jueves, 3 de abril de 2025

Credo del libro Yo pecador

       CREDO


Abro mis ojos a plena mañana 
y el sol no me enceguece.
Abro mis manos
pero nunca me quedo con las manos vacías. 
Descubro mi sexo 
y una legión 
de hombres y mujeres 
encuentran su sentido.
Abro mi corazón sin ningún cuidado 
y donde un universo me odia 
otro universo me ama.

Hago creer por mi manera de mirar 
por el segundo botón de la camisa 
que sobre mis espaldas 
se puede
llegar a dar la vuelta al mundo.
Me entretiene encontrar mi sentido
                                          en los lugares 
donde yo suelo atar mi tiempo de vivir.

¿Quién podrá acusarme de haber vivido demasiado? 
¿Quién se anima?
Si yo
abro mis oídos a plena mañana 
para escuchar decir a los más sabios 
palabras de la muerte:
Morir es necesario
lo dicen las sagradas escrituras. 
La muerte es para todos 
no está previsto eximirse 
y para demostrarlo

han comenzado 
                       a dar muerte 

                                         a los pájaros.

Miguel Oscar Menassa

 

domingo, 27 de enero de 2019

ZARPAR II

19 de noviembre de 1976, Madrid.

Amantes de la delicadeza
hundid junto conmigo vuestras garras atlánticas
en el cuerpo de la bella que acaba de morir.

Dejo el mar.
Construyo en la clara meseta
-por encima de todos los niveles-
la casa del poeta.
Pequeña y cálida torre
donde la mierda y los espantos
azules pájaros
                      reclaman
el privilegio sobre el siglo.

Pequeño siglo evanescente, habrá
te lo prometo
en el final de tus finales
un pequeño hombrecito de palabras
una pequeña ley
una pequeña oscuridad total.
El hombre del principio nacerá de la sombras. 

Tengo un defecto, y debe saberse:
                               Con los hombres hago la guerra
                                con las mujeres el amor.

Vivo, como se vivía hace 5000 años.

Miguel Oscar Menassa
De "Salto mortal", 1977

sábado, 6 de mayo de 2017

QUIERO SER UN PÁJARO ENTRE LOS PÁJAROS LA LIBERTAD


Quiero que recuerdes
también soy una alondra...
un pájaro entibiado
por la civilización
un pájaro sensible.

Vuelo
solo entre mis recuerdos.
Un pobre pájaro sin paz
marchita alondra
un pobre pájaro
al borde del silencio
fugaz
al borde de la nada
fugaz
alondra vieja del verano
encanto de los vuelos
fugaz
sencilla alondra
para los océanos
y la noche
y la inquietante
y fugaz
breve locura.
Quiero vivir
como mis antepasados
para nada.
Vivir
sin dejar rastros
por ahora
parar con la matanza.
Sabemos que el hombre
no deja de llorar
por el hombre.
Desde hace unos siglos
todo le sale mal.
Lujuria
rosa de lujuria
conozco tu amanecer
sangrante
conozco el bochorno
de las últimas horas:
De culo al sol
respirando
sofocada contra la tierra
y tus leches
y las humedades de tu sexo
contra la tierra.
En el otoño nacerá la flor
la pobre muerta del otoño
pequeña
pálida sobre la tierra
una mierdita
sin importancia
sin mucho olor
y de futuro incierto.
Un buen alimento
entre los pastos
para los pájaros cantores
y de ahí
su importancia
y su vanagloria
y por eso
la risa que le queda
la brevedad de su mentira.
Quiero mi libertad
famosa rosa del otoño
vuelo hacia los veranos
tengo
un entredicho con el sol
un amor
por los brotes permanentes
por los gajos en carne viva
un amor
por los incendios
por los encuentros de nivel.
Voy
vestido de hojarasca
soy
pura espuma
uno que fracasó
desde el principio.
Alma revuelta
cantor sin tono
hombre sin futuro.
Una desesperada
manera de vivir.
Una experiencia
del equilibrio
de las piruetas
del vacío.
Un manojo
de ilusiones descuartizadas.
Un enfermo del alma
un animal a punto de morir
una fiera tranquilizada
con el opio
un ojo rabioso
cegado por la luz
por los interrogatorios.
Un hombre
maltratado por el amor
engañado crónico
un producto bioquímico
desechable.
Un hombre
un pobre hombre
hecho mierda.

Miguel Oscar Menassa
De "La poesía y yo", 2000

miércoles, 29 de marzo de 2017

SOY ME DOY CUENTA


 
Soy me doy cuenta
un nadador muerto de frío.
Lo que me pasa es el amor.
También es la nostalgia
por mi país, mi barrio
las glicinas
colgando de su cuello
como si su cuello
fuese el cuello de una reina
y nos pasábamos
de balcón en balcón
y locos nos besábamos
y en cada salto
nos parecíamos a los pájaros.
Después fuimos los témpanos eternos
después siempre viajamos en soledad.
Gigantescos
y helados
témpanos solitarios
viajamos contra todo.
Contar los golpes
nos decían
contar las caídas
más de mil no serán
y desde entonces
la poesía
pide libertad y no
una libertad medida
por banderas.
La poesía pide
una libertad soberbia
todo el tiempo
toda la maravilla
de lo desconocido
en esa libertad.
No la libertad de las estatuas.
Una libertad
que destruya todas las estatuas.
La poesía ambiciona en esa libertad
ser material presencia de lo humano.
Ella grita furiosa entre las piedras
o todos o ninguno. Garganta universal.
Mientras sobre la tierra
alguien no pueda el hombre
no habrá hombre.
Temblando
y entre el temblor está mi vida
y termino llorando enloquecido
porque no puedo más
y arranco de la miseria
una grandeza:
El deseo ferviente de ser
esa libertad
ese hombre.
Bestial
libre también de libertad
ella
me hace saber que no podré.
Mi desdicha
no es su beneplácito
pero tampoco su dolor.
Su libertad es infinita
Más que una danza
para ser bailada por todos
una danza
que tenga de todos
el movimiento más preciso.
Viajo
sin aparente retorno.
Soy la Poesía.

 Miguel Oscar Menassa
De "La poesía y yo" 

sábado, 21 de mayo de 2016

TORO SENTADO EL VISIONARIO -I-


Aquí,
toro sentado,
amante del silencio
  Miro el sol,
es el atardecer,
y sé,
que todo es efímero.
Vendrán eras atómicas,
y arrancarán de cuajo nuestro reino,
del centro de la tierra.
El sol caerá,
como un fruto podrido,
como un pájaro herido,
en pleno vuelo.
Detrás de las colinas
veo para el hombre,
sangre y basura,
un silbido helado y nocturno.
Aquí,
sentado,
amante,
toro del silencio,
veo para el hombre,
detrás de las colinas.
La muerte.


Miguel Oscar Menassa
De "Canto a nosotros mismos también somos América"

lunes, 18 de agosto de 2014

POEMA III


Allí donde la tierra desangra sus jóvenes claveles
 allí te espero.
 Entre la sangre y el lejano carmín del humo del cigarro.
 Entre las soledades
 estos viejos papeles manchados por tu risa
 -entrecortada al alba-
 y tus miserias como anchos y calurosos abrazos
 y las diademas sobre tus pechos abiertos en el mar.
Allí donde los dioses tejen el vuelo de los pájaros
 allí te espero.
 Blanca extranjera mía perdida entre el tumulto
 y el misterioso volar de las alondras en tu cuerpo
 alondras en tu cara, nada de pájaros cantores
 sólo tu sexo
 sólo el volar de las alondras
 -antiguo y silencioso-
 hacia el aroma de tu sexo.

Miguel Oscar Menassa
De "Yo pecador"