martes, 1 de noviembre de 2016

ADOLESCENTE PESCADOR


Adolescente pescador de enamoradas viejas
gran pescador de trufas
de muchachas alegres como el sol
de alguna fija para jugarse el alma.
Yo, gran cazador
gran manejador de redes solitarias
de redes para la soledad
de redes especiales
para cazar
tímidos corazones.

Cansado de ver morir
caliente
tanta gente
un verano de tarde
por los jardines públicos
por las calles públicas
por los baños públicos
puse mis redes silenciosas.
Después me dije
el tiempo es necesario
me aconsejé
tomar café sin ninguna leche
todas las mañanas.
Me aconsejé sentarme
le dije a una mujer
que se sentara al lado mío.
Tu culo fresco
le dije
sobre la tierra fresca.
Nos dimos un gran beso de amor.
Ella me dijo sus maneras de entretener la soledad.
Mostrar sus piernas o moverlas
según el frío o nuestras costumbres,
sentarnos al lado de un hombre
y dejarnos tocar
hasta sentir la necesidad de ser madres.
A veces, se entiende,
vendemos perlas a los hombres
alocados, perdidos en el sol.
Perlas orientales
perlas blancas de amor
pedacitos de perlas, dispuestas
generalmente sobre nuestro vientre
perlas, en fin, en forma de collares a dos vueltas
para estrangular mejor

me dijo
perlas violentas.

Miguel Oscar Menassa
De "22 poemas y la máquina electrónica o cómo desesperar a los ejecutivos"

domingo, 30 de octubre de 2016

AMOR PERDIDO. BUENOS AIRES II


Estoy perdido entre nubes de olvidos, tangos,
una multitud abriendo a puñetazos, un futuro.
Hombres desesperados de amor, mujeres al viento,
hombres, mujeres, flameando banderas de impiedad.


La voz del pueblo levantándose sobre todo delirio.
La voz del pueblo gritándose a sí misma, ser voz.
Un pueblo entero quebrado por un grito: no va más,
ya nunca más volveremos a implorar de rodillas.

Y haremos una canción con nuestro cuerpo,
para que la canción dure una eternidad
y en la canción, flotando, nuestro cuerpo.

Y pondremos en la canción, fuerte, todo el recuerdo,
la memoria infinita, de juventud, de nuestros pasos,
para que la canción llegue, en el aire, hasta nosotros.

Miguel Oscar Menassa
De "Amores perdidos"

jueves, 27 de octubre de 2016

A LOS CINCUENTA AÑOS


Nada del corazón que ya no tengo
ni nada de la cabeza que ya se fue.
Nada de grandes guerras que no terminan
  y nada de amor, amada, hoy toca vivir.


Hoy, toca el canto, sin apuestos cantores
El baile sin pareja, la música sin fondo
hoy toca que te toque alguna fibra inexplicable
ese nudo imposible que no se puede hacer.

No el tejido del alba, ya conocido
ni la sencilla roca partiéndose de amor.
No viene no, la muerte, ni la peste, ni el hambre.

Ni la extrema lujuria del opaco silencio
hoy viene amada, en el poema, un aire
un viento, estremecido, de vida sin dolor.

Miguel Oscar Menassa
De "La patria del poeta"

martes, 18 de octubre de 2016

Veo abrirse futuro en tus entrañas


Veo abrirse futuro en tus entrañas,
veo inflamarse mi corazón de dicha.
Ataco sin piedad mis versos anteriores
y escupo la cara del oro y la miseria.
Soy el loco Siglo Veinte, estoy espantado de mí.
Hago el amor y contraigo enfermedades incurables.
Trabajo con ahínco y deseos para ser explotado.
Escribo bellos versos para metérmelos en el culo.
Todo está calculado para mí, menos mi ansia.
Todo está computado para mí, menos mi deseo.
Todo está ordenado para mí, menos mi hambre.
Cuando escribo se rompen los relojes
y ese futuro abierto en mis entrañas,
se libera, se hace carne en el mundo.

Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante loca joven poeta psicoanalista" 

miércoles, 12 de octubre de 2016

SALVE I O MARIA LA LOCA

 
Para recordar reúno las palabras
de la alegría de otros tiempos
tu cara de mujer.
Vivías simplemente en el cordón de la vereda
con tus pies bañados por el agua podrida de la calle
y el corazón
violento corazón donde mis años corrían lentamente.
Te llamaban la loca María
María la bruja
María la que alojaba en su mirada
el tiempo de morir.
Aquella opaca y misteriosa señora
que tenía en sus brazos ágiles bailarinas.
Como una maga María, como una dulce maga
encantabas mis sueños infantiles
y arrojabas en mis desolados castillos, tu presencia.
Miguel Oscar Menassa
De "Yo pecador"

martes, 11 de octubre de 2016

EL HOMBRE Y YO -4-


Niño y anciano
preguntándose, al unísono,
los acordes posibles
del mundo en que vivimos:
Parece que la vida no comenzará nunca.
Parece que la vida ya se terminó.

No se cuál de estos hombres
será mi dueño un día
mas comienzo diciendo una verdad:
la lucha es cruel,
las ambiciones imperfectas.

Miguel Oscar Menassa
De "El hombre y yo", 2005

1 de Mayo de 1981, Madrid. Última hora


Escribir un poema
y hacer el amor son
mis únicas preocupaciones.


¿Con quién hace el amor
un hombre que vive encadenado?
¿Cómo puede escribir un poema
un hombre que no conoce la libertad?
Hay días que me veo encantando serpientes.
Lujosas cobras como bandadas de calandrias
cantan sobre mis hombros.
El repiqueteo constante de mi voz
ha transformado sus entrañas.
El movimiento reptante .
de mis labios de marfil al hablar
anula repentinamente sus razones :
y yo soy ella.
Palabras como manos preocupadas
por los más leves movimientos.
El roce de un cabello con otro cabello
las pequeñas chispas
que se desprenden
de los ojos
el murmullo de las pieles deslizándose
unas sobre otras
anticipan que mis palabras
serán tragadas por la noche.
Ella deja de cantar y mis labios
bordan ahora los silencios.
Liberada del ruido ella repta
y toma posición de combate.
Mi cuerpo desnudo tiene
la palabra hermosura
untada en la piel.
Ella se enternece
por el milagro de mis formas
y repta
ahora envilecida
por la voluptuosidad
de sus propios movimientos
y desea besar
de toda la belleza
mis labios de marfil.
Cuando se detiene
es para decir que todavía
no ha comenzado el amor.
Y recorre mi cuerpo
como si mi cuerpo fuera
el camino hacia la montaña negra
y deja que su cuerpo
recuerde en silencio
mis palabras.

Miguel Oscar Menassa
De "La poesía y yo"