Estoy contento de tanto haber amado,
de tanto haber llegado al confín de los besos,
contento de habernos abrazado por las noches...
envueltos en los vapores del silencio
al vivir lujurioso de la carne y el fuego,
la espléndida y loca pasión de las palabras.
Contento de levantarme una mañana,
con las pupilas húmedas manchadas por amor.
Fue un siglo de locura, crecimos en todas direcciones,
odio y amor se agigantaron,
la pobreza llegó hasta la riqueza,
la necedad y la bella locura poblaron monasterios,
las enfermedades que produjo el amor
llegaron hasta el alma poblando los silencios,
en su afán de morir, el hombre inventó virus
que atacan, con fervor, el pensamiento.
Después, hay que decirlo,
en el corazón de la música
este siglo se rompió la guitarra,
el violín de las guerras fue lamento que,
volando hacia los cielos,
alcanzaba el dolor.
La trompeta fue aullido y el aullido fue canto,
hasta el saxo bramaba alguna piedad.
Hubo tambores de locura, este siglo,
que explotaban sonando como esferas de luz.
Miguel Oscar Menassa
De "Al sur de Europa"
odio y amor se agigantaron,
la pobreza llegó hasta la riqueza,
la necedad y la bella locura poblaron monasterios,
las enfermedades que produjo el amor
llegaron hasta el alma poblando los silencios,
en su afán de morir, el hombre inventó virus
que atacan, con fervor, el pensamiento.
Después, hay que decirlo,
en el corazón de la música
este siglo se rompió la guitarra,
el violín de las guerras fue lamento que,
volando hacia los cielos,
alcanzaba el dolor.
La trompeta fue aullido y el aullido fue canto,
hasta el saxo bramaba alguna piedad.
Hubo tambores de locura, este siglo,
que explotaban sonando como esferas de luz.
Miguel Oscar Menassa
De "Al sur de Europa"
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