Ahora estoy excitado, loco de contento,
me puse a decir cosas y nació un poema.
Después me sacudí las últimas cenizas de la muerte...
y me puse a mirar la lejanía y, algo me estremeció.
No fue una luz de fuego, ni el dolor de la guerra,
ni del futuro las artes y las ciencias luminosas.
No vi cuando miré la lejanía la caída del mundo.
Ni bombas atómicas, ni láser asesino, ni venenos.
No vi al hombre en soledad encerrado en sí mismo.
Ni a la mujer crucificada queriendo ser nuevas religiones.
No vi familias encadenadas o muertas o estados corrompidos.
No vi niños raquíticos ni jóvenes drogados o perdidos.
Ni me vi, a mí mismo, viejo, con barba blanca, escribiendo.
Lo que vi fue, sencillamente, la lejanía y, eso, me estremeció.
Miguel Oscar Menassa
De "La patria del poeta"
ni del futuro las artes y las ciencias luminosas.
No vi cuando miré la lejanía la caída del mundo.
Ni bombas atómicas, ni láser asesino, ni venenos.
No vi al hombre en soledad encerrado en sí mismo.
Ni a la mujer crucificada queriendo ser nuevas religiones.
No vi familias encadenadas o muertas o estados corrompidos.
No vi niños raquíticos ni jóvenes drogados o perdidos.
Ni me vi, a mí mismo, viejo, con barba blanca, escribiendo.
Lo que vi fue, sencillamente, la lejanía y, eso, me estremeció.
Miguel Oscar Menassa
De "La patria del poeta"
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