Y es a los 62 años que me dispongo,
con un talante generoso, a festejar
vivir en un mundo donde nadie sabe,
si debe o si regala, si ama o si desea
si obligado a vivir o interesado
si valiente
o inquieto
o cobarde sin fe.
Al cumplir los 62 años
quiero confesarme adicto
al cruel vivir.
Y vendrán cataclismos y ciclones
inundaciones y guerras por doquier
y yo, sentado, escribiendo mis versos,
haciendo del cataclismo mi guarida,
del ciclón mi aliento y de la pólvora,
mi inseparable compañera,
las alas del adiós.
Miguel Oscar Menassa
De "La maestría y yo", 2007
sábado, 5 de noviembre de 2011
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