Viajar, hablar, deseos fuertes de la infancia,
rubicunda voz, en el propio centro de las células,...
fiera descarrilada, definitivamente, me humanizo.
Cuando desconfío, rastreo mi propio rastro.
Hay un animal en mí, que vuelve siempre.
Una voz que de noche nunca se detiene,
me lleva de la mano contra las montañas,
contra los, pequeños, búhos del terror.
Busco una palabra plena para el corazón de la bestia feroz.
Ajada cruz, sobre los hombros del que no se anima a vivir.
Rompo contra mi propio cuerpo el ábaco, dejo de contar.
Me sumerjo en una ansia frenética por vivir, amar, hablar,
seguir, aunque nadie lo quiera, descarrilando mi destino.
Miguel Oscar Menassa
De "Amores perdidos"
Hay un animal en mí, que vuelve siempre.
Una voz que de noche nunca se detiene,
me lleva de la mano contra las montañas,
contra los, pequeños, búhos del terror.
Busco una palabra plena para el corazón de la bestia feroz.
Ajada cruz, sobre los hombros del que no se anima a vivir.
Rompo contra mi propio cuerpo el ábaco, dejo de contar.
Me sumerjo en una ansia frenética por vivir, amar, hablar,
seguir, aunque nadie lo quiera, descarrilando mi destino.
Miguel Oscar Menassa
De "Amores perdidos"
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