La vejez a mí, también, quiso tragarme.
Hubo un instante en mi vida que mis arrugas
y mis dolores tenían más fuerza que mi pensamiento.
En ese instante fue donde envejecí.
Cuando me di cuenta que el poder sobre mí no era yo
sino las palabras no envejecí más.
Miguel Oscar Menassa
De "Al sur de Europa", 2002
domingo, 3 de octubre de 2010
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