sábado, 18 de julio de 2009

Recital de poesía de la poeta argentina Norma Menassa en el Colegio Mayor Argentino "Nuestra Señora de Lujan". Domingo 19 de julio de 2009 a las 19 h


DE RODILLAS TAMBIÉN SE LLEGA

Extraño incidente de desamor, todos queríamos ganar,
un grupo de alienados viviendo un transitorio escepticismo,
un desamor a aquel viajero que nos dejó cuidando sus negocios,
esa usina de estrellas apagadas de las que renaceríamos bebiéndonos su brillo.

Lo cierto es que nadie dio la orden,
solo ese hombre plantado en su lugar y que otra vez pensó por todos.
Sus palabras se repitieron hasta el mar y volvieron a señalar nuestro nacimiento equivocado.

Todo fue prematuro,
no quisimos leernos en los libros que ninguno de nosotros había escrito todavía,
vivíamos en la raíz del árbol,
no habíamos fundado aún la tierra en donde nos proponíamos nacer.
Teníamos cuadernos llenos de caligrafías peligrosas,
había que llenarla de vientos, de hojas, de pies desnudos, de pan, de hormigas,
de árbol, de diamante, de corazón enamorado.

Estábamos tan mal conformados que no pudimos aprender
que las letras vienen sueltas,
como la vida de los hombres.
Que había que esperar el sobresalto,
el sacudón que nos separe de la tierra.

Una soberbia me invadía,
a ras del piso, casi sin existencia,
yo quería dar un espectáculo sublime,
escribir para millones de analfabetos arruinados y mudos,
ellos se excitarán con mis labios moviéndose y será memorable,
solo me queda a mi la poca cosa,
el caer de rodillas frente al orden astral
y mostrar mi orgullo herido por la noble razón:
el poeta habla, el poeta sueña,
pero hundiendo sus manos en la tierra amasa tanto el pan como el poema.
NORMA MENASSA
Argentina, 1938

martes, 14 de julio de 2009

"Decadencias imperiales" de Norma Menassa

DECADENCIAS IMPERIALES

No era el sol esta mañana iluminando el alto de las casas
con esa luz blanco abismal de día nuevo,
provocador de desafíos.
Era una fiera sin astucias, brutal, mordiéndose los dientes,
falsario mariscal de cínica sonrisa rompiendo y usurpando
la historia del hombre y su esperanza.
Tambor de muerte dispersando ecos inmóviles de silencio,
cuando rotarios de la infamia avanzaban
sobre los pueblos yacientes en las calles sin dar creencia
a sueños de derrumbes, mutilación de las culturas,
Bagdad, Beirut, mis padres, mis hermanos convertidos
en polvo de historias sucumbidas,
sin el precio alentador de la venganza.


domingo, 5 de julio de 2009

"Cuando buscábamos en otros hombres y mujeres" de Miguel Oscar Menassa

Cuando buscábamos
en otros hombres y mujeres


Cuando buscábamos en otros hombres y mujeres,
señales que nos hablaran de nuestros deseos,
de nuestro, perfecto, batallar entre fantasmas:
Vivencia de grandeza y gloria por besarnos.

Cuando buscábamos en otros horizontes, caminos,
pasos que contuvieran nuestros amados pasos.
Cuando buscábamos, desesperados, en un poema,
algún verso que resonara en nuestros versos.

Era que nada buscábamos cuando buscábamos,
escribía poesía y nos besábamos porque sí,
hacíamos el amor y, tampoco teníamos motivos.

Nos pasábamos uno al otro con lentitud,
la enciclopedia universal de la poesía
y sin leer las páginas, caíamos agotados.

viernes, 3 de julio de 2009

Norma Menassa en el Colegio Mayor Argentino "Nuestra Señora de Lujan" el 19 de julio a las 19 h



QUE NO SOY GRIEGA
Que no soy griega, te digo.
Afloja tu mano lapidaria
y deja caer las piedras
que aplanan mi extensión,
disuelven mi esqueleto y dibujan
mi cruz de cuatro puntos cardinales.
Y ahora soy un mapa, un país,
una tierra baldía, una montaña.
No creo que mis actos de impudicia
lastimen tu moral o tus recuerdos.
Son apenas suspiros de mujer
que son por nada,
por ver si el aire se desplaza,
si llega a lo más íntimo,
cosas del intercambio en los tejidos,
variación de los rojos vueltos líquidos,
lugar de conjunción, oro y veneno.
No creo que te afecte demasiado
la distancia que he tomado de tus cosas,
ya no me necesitas,
has logrado entretanto mil amores,
algún objeto de importancia,
algún blasón de tinte confortable,
alguna otra mujer contando otras historias,
pidiéndote distinto.
Yo estoy para otra cosa.
He comenzado a sostener el tiempo,
y pido libertad para quedarme a solas
prolongando lo cierto,
ineludible gesto de un comienzo,
juego de luces sobre el escenario,
emoción del telón cayendo sin apuros,
dejándome sentada en la butaca
mirando el terciopelo,
tersura de mi piel en otro lado,
doblez de la pantalla,
blando de mármol otra vez,
entre columnas rotas,
final de escena.

Norma Menassa
Argentina, 1938
De "Pertenezco"

miércoles, 1 de julio de 2009

"Padre" de Norma Menassa



PADRE

Padre...y bajaba por la alfombra roja y arabescos, hasta
tu cuarto en el que respirabas verdes de guerras dolorosas,
tras los postigos siempre entreabiertos a los crepúsculos
que sucedían día tras día.

Padre... silencios, pedidos de silencios que acatábamos
para aprender de una soledad humana que equilibraba las
horas de vigilia, de dolor muscular por trabajos forzados.

Padre... y amabas el dinero que costaba la vida, la rutina
feliz que te inventaste, a esa mujer que siempre estuvo en
fuga para sentir tus brazos estirados llamándola, y que pedía
tu cuerpo alucinando.

Padre...y eras tan grande, que cuando tú reías yo veía el imperio
en donde te crearon y tu lengua materna me llevaba al inicio
de una era, nada menos aquella que pagó por lo nuevo del
cambio, con un asesinato.

Padre... pero tuviste Dios. Una madera de la cruz de Cristo
guardada en relicario colgando de tu cuello, extraña plata
desgastada, extrañas formas, lejana pertenencia. Un día lo
entregaste a tus hijos amados para ceder tu cruz: madera y
clavos.

Padre... y te gustaba el mar... Reías como un niño y me
incitabas, una vez más, una vez mas. Yo ya no me subía a
tus hombros porque había crecido, y antaño el río era más
manso, pero ahora la furia majestuosa separó nuestros
cuerpos con una distancia que vino del océano para que
solamente escuche: una vez mas.

Padre... anochece, tendré que irme, descansa. ¿Te apago la luz?
Y ese casual consentimiento repicó en mis pasos sobre el
mosaico brillante, anochecido, hasta tocó una fibra dentro
mío, mezcla de autoridad y despedida, y nos perdimos
caminando.

NORMA MENASSA
Argentina, 1938